Los «marathon men» del poder
La carrera política es ya otra cosa: la moda de que los líderes aspiren a exhibir una buena (y a menudo falsa) forma física
BLANCA TORQUEMADA
El deporte callejero por excelencia (footing, running, jogging o lo que sea) resulta casi tan cruelmente revelador como la playa en verano, y suele estar reñido con la estética, tanto en el caso del común de los mortales como en el de los elegidos. Porque ... en vista de algunas de las imágenes de políticos de primera línea sudando chándal o camiseta, la banda sonora adecuada sería más cualquier música de charanga que «Carros de fuego». Son poderosos, sí, pero no físicamente. O, al menos, no todos dan la talla.
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Pero para evitar juicios superficiales, insidiosos, sesgados o apresurados, recurrimos al ojo clínico del más acreditado especialista en la materia: Bernardino Lombao , el preparador físico de José María Aznar desde hace 15 años: tres lustros en los que el ex presidente ha pasado de la «ruina» (en palabras del propio Lombao) al olimpo de los modelados a cincel. Irrumpe el experto en la sede de ABC como un ciclón y en una fracción de segundo ya ha hecho la radiografía del estado físico de los redactores con los que se va cruzando. Solo dos reciben el plácet, con el matiz de que el interpelado no aporta datos de campo sobre las mujeres presentes, por su genuina caballerosidad.
Sin ejercicio no rinden
Una vez centrados en nuestro objeto de estudio (políticos en carrera), Lombao estima, como primer apunte, que los líderes mundiales solo tienen dos opciones para rendir en condiciones, por la presión que soportan: «O hacer ejercicio asiduamente, o doparse». Por eso abundan las imágenes públicas de los mandatarios con una impronta deportiva más o menos impostada, según los casos. Y el entrenador de Aznar va desbrozando lo que revelan algunas de esas fotografías, en orden cronológico: « Lo de Jimmy Carter tiene mérito, porque en aquella época es cuando empezaban el footing y el jogging . Y se le ve bastante bien, pero un poco falto de tono muscular debido a que entonces casi todo era aeróbico (correr, montar en bici, nadar) y no se trabajaba la fuerza, algo necesario a partir de los 40 años porque a esa edad empezamos a perder masa muscular magra». Peor parado sale Bill Clinton: «En él veo un tío con volumen y cuádriceps, pero no debía de entrenar mucho. En esta foto tiene un porcentaje de grasa muy grande en el cuerpo. Se aprecia que había dejado de hacer deporte. Seguro». No es el caso de George Bush: «Se nota que ha hecho ejercicio toda su vida, pese a que aquí está un poco gordete . Sus movimientos tienen vida. Se habría disparado un poco con la alimentación en esa época».
De Aznar opina —arrobado— que es «un ejemplo a seguir. Descubrió en un determinado momento que estar en forma se proyectaba en su rendimiento personal e intelectual, y desde entonces lo lleva a rajatabla. Y la clave es su disciplina para no dejar de hacer aquello que sabe que le va a venir bien. Ayer, sin ir más lejos, estuvo una hora y media corriendo por el monte de Boadilla. Los resultados son los que refleja la foto: ni un gramo de grasa corporal y postura recta. Está equilibradísimo. Ha escapado del triángulo perverso del sedentarismo, el sobrepeso y el estrés».
«Sin embargo —vira en cuanto ve la estampa de quien le sucedió en La Moncloa— en las imágenes de José Luis Rodríguez Zapatero junto a David Cameron apreciamos el contraste entre quienes llevan haciendo ejercicio desde el colegio, caso del británico, y los que arrastran el sedentarismo también desde la escuela . Estoy convencido de que eso le sucede a Zapatero. Y ni rastro de cuádriceps, claro. Cameron se impulsa en condiciones y su centro de gravedad está en el aire. Se ve que el deporte es para él un estilo de vida y una necesidad».
Lo de Sarkozy (pág. siguiente) lo reduce Lombao a marketing barato: «Se ha hecho esta foto porque lo tiene escrito en el guión. Este no hace deporte habitualmente, está hecho una miseria. Se arrastra, y cuando levanta un pie ya ha apoyado el otro. Sin embargo, Carla Bruni sí tiene hechuras de deportista. Corre con todo el cuerpo, mientras que él lo hace solo con las piernas. Los brazos los lleva colgando».
Advertencia a Rajoy
Y, por último, lo que toca es «análisis prospectivo», ante la inminente irrupción de un nuevo jefe del Ejecutivo en España: «Rajoy se tiene que plantear incorporar a su agenda de presidente (si llega) algo más que lo de andar con el perro por la mañana, porque eso no sirve para nada. Le gusta el ciclismo, sí. pero yo creo que si lo practica se cae de la bici. Y Rubalcaba fue atleta, pero eso si no lo riegas se queda mustio. ¡La gente se deja y la máquina deja de producir células renovadas y buenas!».
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