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Isabel Preysler: «Mario y yo estamos en nuestro mejor momento»

En un ejercicio de no querer mentir delante de los medios Preysler dijo durante la fiesta de la joyería Rabat que el escritor peruano ya le había pedido la mano

Beatriz Cortázar

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Si hace apenas unos días Isabel Preysler confirmaba ante los medios que Mario Vargas Llosa le había pedido en matrimonio una noche de verano, ayer tuvo que salir a desmentir la primera crisis sentimental que ya le han atribuido y lo hizo con la misma tranquilidad y seguridad de la otra noche al asegurar que «es totalmente falso no entiendo estos rumores que solo quieren hacer daño o empañar la felicidad de los demás», respondió ante las informaciones que aseguraban todo lo contrario. «Puedo hablar también por Mario al asegurar que estamos encantados. No hay nada de verdad. Pienso que habrá gente que le moleste la felicidad de los demás porque no hemos dado pie absolutamente a nada. Desde un principio he acompañado a Mario a casi todas partes alrededor del mundo y Mario desde el principio sabía que no iba a poder estar siempre viajando a su lado. Lo hablamos y estaba conforme», asegura.

En un ejercicio de no querer mentir delante de los medios Preysler dijo durante la fiesta de la joyería Rabat que el escritor peruano ya le había pedido la mano. Hoy tal vez sopese que confesarse abiertamente pueda haber traído estos comentarios ante los que insinúan que el premio Nobel no estaría dando los pasos necesarios para la celebración de ese enlace. «No tengo ninguna prisa en casarme» , insiste Isabel a la vez que confirma que Vargas Llosa «es el primero que quiere terminar con el proceso pero hay que registrar un papel en el pueblo donde se casaron -él lo hizo por poderes- pero al tener nacionalidad española y divorciarse aquí mañana mismo lo podríamos hacer en España pero es mejor hacer las cosas bien.», explica. Según cuenta «la burocracia es muy lenta» pero repite que no tiene prisa y hasta en su entorno más cercano comentan que en el fondo están tan bien «que les da miedo hasta cambiar de estado no sea que cambie algo», según comenta una amiga.

Después de un año y medio de noviazgo Preysler está convencida de que «estamos en nuestro mejor momento» pero cuántos la tratan saben que estar en boca de todo el mundo con estas historias lo lleva con la resignación que da la experiencia de tantos años en los medios pero que es el premio Nobel quien no lo lleva tan bien y se suele molestar con estas cosas.

«Quien pensara que Isabel iba a ocupar el puesto de Patricia en cuanto a ejercer de secretaria no sabían lo que decían. Isabel tiene su vida en ese sentido y no piensa renunciar a todo por hacerle la maleta , cosa que no ha hecho nunca, o llevarle los discursos. Le acompaña siempre que puede pero van a tener que acostumbrarse a ver muchas veces a Mario solo en sus viajes porque Isabel tiene que cumplir también con sus compromisos y familia», añade la amiga. Lo cierto es que hoy Vargas Llosa suele viajar a sus conferencias o promoción del libro junto a un representante de la editorial que es quien se ocupa de esa labor y de coordinar sus apariciones. «Isabel no es Patricia. Mario lo sabe y nunca han tenido ningún problema en ese sentido . Le encanta y le hace mucha ilusión que esté con él pero sabe que no siempre será posible», insiste la misma fuente. No hace más de una semana la pareja se encontraba en Lisboa y de allí a Madrid donde hasta se les vio juntos en el centro de belleza Massumeh donde Preysler se lleva tratando desde hace más de treinta años. « Están juntos siempre que pueden salvo cuando hay algún compromiso que les separe», añade.

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