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Isabel de Inglaterra y Felipe de Edimburgo celebran 70 años de matrimonio

Se casaron el 20 de noviembre de 1947 y, pese a las crísis familiares y políticas, siguen juntos. Desde el principio hubo amor entre ellos y una de las claves de su éxito es lo mucho que se ríen juntos

Isabel II y el duque de Edimburgo se casaron el 20 de noviembre de 1947 REUTERS

MARÍA EGIDO

La Reina Isabel II (91 años) y el Príncipe Felipe de Edimburgo (96) siguen acumulando récords. Mañana celebrarán sus bodas de titanio , 70 años de vida en común que empezaron el 20 de noviembre de 1947 , cuando se dieron el «sí, quiero» en la Abadía de Westminster. Pero la historia de amor de «Lilibeth», como llaman a la monarca sus familiares y amigos más cercanos, y sus sentimientos hacia Felipe comenzaron mucho antes de casarse. Fue a los 13 años cuando se reencontró con Felipe de Grecia y de Dinamarca, que tenía 18 años en aquel momento, durante una visita al Royal Naval College de Dartmouth. Ambos se habían visto por primera cuando ella tenía ocho años, en la boda de Marina de Grecia, prima del Príncipe Felipe, con el duque de Kent . «Fue amor desde el principio , en contraste con los matrimonios de conveniencia que tanto se estilaban entre la nobleza», apuntó Margaret Rhodes, prima de la Reina Isabel, en sus memorias. Tanto fue así, que desde entonces surgió entre ellos una amistad que mantuvieron a través de cartas , mientras él pasaba largas temporadas en la Royal Navy.

El Rey Jorge VI no consintió el enlace hasta que su primogénita no cumpliera los 21 años, pese a que ella quería casarse al cumplir los 20 años. La familia real no veía con buenos ojos a Felipe, pertenecía a una familia noble pero venida a menos y con viejas conexiones con los nazis, por lo que llegaron a plantearse buscar otros candidatos para Isabel. Pero si algo ha demostrado la Reina de Inglaterra durante todo este tiempo, es que a carácter, fuerza y valentía no le gana nadie. De ideas fijas y muy testaruda , el esperado «sí, quiero» a Felipe llegó el 20 de noviembre de 1947 en la Abadía de Westminster ante 2.000 invitados . La boda fue seguida por al menos 300 millones de personas en todo el mundo a través de la radio.

Dio así inicio a una vida en común, que los británicos valoran como ejemplo de lealtad y compromiso . Su relación, además, goza de una extraordinaria complicidad, a pesar de que los rumores que apuntaban a varias infidelidades del príncipe comenzaran en 1948, cuando la reina estaba embarazada de Carlos. Ocho años después, en 1956 , las especulaciones sobre los escarceos de Felipe fueron a más. De hecho, la prensa llegó a publicar algunas incursiones del príncipe en un club nocturno del Soho, del que parece que era un cliente asiduo. Por aquel entonces se le relacionó con Zsa Zsa Gabor , Susan Barrantes (la madre de Sarah Ferguson) y con Lady Penny Brabourne , 30 años más joven que él, con quien se le ha visto durante mucho tiempo asistiendo a carreras de caballos.

Apoyo mutuo

Isabel considera a Felipe su gran apoyo, su roca, y lo admira profundamente. Felipe, por su parte, siempre ha sentido que su papel era apoyar a la reina de la mejor forma posible, sobre todo en los momentos difíciles. Ella lleva el peso de la Corona y él, el menos privilegiado de los dos, lleva los pantalones y toma las decisiones en casa. Incluso cuando los príncipes Carlos, Ana, Andrés y Eduardo eran pequeños, él era el que más tiempo pasaba con ellos. y lleva los pantalones. La familia se autodenomina a sí misma «The Firm» (la empresa), y en ella Felipe es todo un referente.

Y a distintos roles, opuestas aficiones. Mientras Felipe de Edimburgo ocupa su tiempo libre cazando, leyendo o paseando; la Reina Isabel prefiere dedicar su tiempo a la jardinería y a pasear con sus perros Corgi, que cada vez son menos . En 2015 la Reina decidió dejar de criar estos perros porque le daba miedo tropezarse con ellos en algún pasillo del Palacio de Buckingham. Sin embargo, una de las cosas más sanas que tienen como pareja es que ambos disfrutan con el mismo tipo de humor. Quizá ese sea el gran secreto de sus 70 años de matrimonio, que tienen el mismo sentido del humor. De hecho, el biógrafo Gyles Bandreth en «Retrato de un matrimonio» afirma que no hay día desde que se casaron que la Reina no se haya reído de alguna ocurrencia o chascarrillo de su esposo. Dicen que la risa es la solución para muchísimos males del ser humano. También es el elixir de la juventud. Quizá por eso Isabel II y Felipe de Edimburgo, a sus 91 y 96 años, pueden presumir de su buena estado de salud.

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