Una investigación pone en cuestión la boda religiosa de Enrique Peña Nieto y Angélica Rivera

Pareja nacida al calor de las cámaras de Televisa , la actriz Angélica Rivera y el productor de telenovelas José Alberto Castro –hermano de Verónica Castro –, se casaron el 2 de diciembre de 2004 en una pequeña parroquia de la Ciudad de México, en una ceremonia religiosa íntima oficiada por el padre Ramón García López, tal y como acredita el acta que publican «Aristegui» y «Proceso». Unos días después, celebraron en Acapulco una misa «de acción de gracias» presidida por otro sacerdote, José Luis Salinas Aranda.

El matrimonio se divorció en 2008 , cuando Rivera ya era imagen oficial del Estado de México, del que Enrique Peña Nieto era gobernador, y poco antes de que este anunciara en un programa de televisión que ambos eran novios.

Para poder casarse por la Iglesia, Rivera pidió, en marzo de 2009, la anulación de su primer matrimonio. A pesar de que la Archidiócesis de México advirtió entonces a la prensa de que esto podía durar «uno o varios años» , el tribunal diocesano decretó aquella unión nula apenas dos meses después, alegando un «defecto de forma canónica».

En su sentencia, la Archidiócesis menciona el matrimonio que contrajeron Castro y Rivera en la iglesia de la capital mexicana y «el que pretendieron contraer» unos días más tarde en Acapulco. Al tiempo, llevó a cabo un juicio en contra del padre Salinas Aranda y lo sentenció a no ejercer su ministerio . El reportaje recoge que una de las faltas de las que se acusó a Salinas fue casar a Rivera y Castro en la playa, a pesar de que el acta matrimonial es de la anterior ceremonia, oficiada por García López, que sigue ejerciendo y que no supo del calvario por el que pasó Salinas .

Cuando Peña Nieto y Rivera anunciaron su enlace al mismísimo Papa Benedicto XVI, en diciembre de 2009, algunas autoridades eclesiásticas que estaban al tanto de la cuestión pusieron el grito en el cielo, señala la investigación. El jesuita Enrique González Torres , ex rector de la Universidad Iberoamericana, envió una carta al nuncio Giuseppe Bertello afirmando que «la nulidad del matrimonio de Rivera se hizo al vapor y a costa del padre Salinas » y José Andrés Corral, obispo de Parral, le escribió otra en la que decía: «Con tal de sacar a como diera lugar la nulidad solicitada, no dudaron en pisotear la dignidad de un buen sacerdote». Fue inútil: el entonces gobernador se casó con su prometida el 27 de noviembre de 2010 en la Catedral de Toluca .

El caso del padre Salinas llegó ante la Rota romana , que resolvió en favor del sacerdote en 2012. En el fallo, hecho público ahora, se declara la sentencia por parte de la Archidiócesis de México «incorregiblemente nula porque al ahora solicitante y apelante le fue negado todo derecho de autodefensa» . A pesar de ello, nunca fue resarcido. Antes de morir de cáncer de hígado, en 2015, llegó a denunciar ante el Papa Francisco «los infundios y calumnias por las que me he visto sometido a la sanción canónica», pero el Santo Padre, que llegará a México este viernes, tampoco le contestó.

Presidencia no se ha pronunciado sobre la investigación. El mandatario y su mujer no violaron ninguna ley «del hombre» . La denuncia del equipo de periodistas encabezado por Carmen Aristegui –el mismo que reveló en noviembre de 2014 el caso de la llamada «casa blanca» de Peña Nieto– se refiere, en sus palabras, a «la inocultable construcción de una candidatura presidencial impulsada desde la televisión».