Un intento de suicidio, la muerte de un hijo drogadicto y un nieto en la cárcel: las pesadillas de Kirk Douglas

Pese a todo era feliz. Casado desde hacía más de siete décadas con Anne Buydens , de 100 años, ella fue el gran amor de su vida. «La amo», decía al referirse a Anne, «ella me ha dado la estabilidad en un mundo de locos». Kirk Douglas solo tenía palabras de agradecimiento hacia su esposa. «Tuve la suerte de encontrar a mi alma gemela y creo que nuestro matrimonio es maravilloso», escribía en un número especial que la revista «Closer» le dedicó al actor.

La felicidad, que tras décadas de matrimonio se reflejaba en ambos, pasó por numerosos baches que solo con el amor y el esfuerzo de ambos pudieron superar. En el año 1991, el actor sobrevivió a un accidente de helicóptero en el que murieron dos personas, un acontecimiento que lo impulsó a redescubrir su fe judía. Cinco años después, en 1995, Douglas sufrió un derrame cerebral que le afectaría al habla para el resto de su vida. «El humor me salvó. Un derrame cerebral, especialmente para un actor, es una cosa terrible, porque si no puedes hablar, no puedes actuar . Al principio pensé que mi vida había terminado, pero cuando puse la pistola en mi boca chocó contra un diente y me dolió. Un dolor de muelas paró mi suicidio, ¿gracioso no?», reconocía en una entrevista exclusiva para la revista «Parade». Por suerte, su carrera no finalizó aquel día, y desde su accidente cerebro-bascular, y con la ayuda de intensas sesiones con terapeutas del habla, el actor participó en cuatro películas más.

Ocho años después de su enfermedad, su hijo Eric Douglas , también actor, murió a causa de una combinación letal de alcohol y medicamentos, después de años luchando contra su adicción, a los 46 años. En 2010, al mayor de sus cuatro hijos, Michael, le diagnosticaron cáncer de garganta y, ese mismo año, su nieto Camerón ingresó en prisión por delitos de drogas. «Todo esto se acaba soportando. Es parte de la vida », confesaba el actor.

El derrame cerebral que sufrió le limitó notablemente en su carrera como actor. Desde ese momento, tanto Douglas como su esposa se dedicaron a participar activamente en numerosas acciones benéficas . La pareja reconstruyó 400 parques infantiles en Los Ángeles y fundaron «El refugio de Harry», una residencia de enfermos de Alzheimer, en honor al padre del actor. Ambos expresaron en varias ocasiones su intención de donar la mayor parte de su fortuna a obras de caridad tras su muerte.