El impulso de Cher a la campaña de Biden: «Votad y llevaos a alguien a votar»

Esta es una gira sin duda peculiar para Cher , que ya venía de Las Vegas, donde el sábado dio un concierto similar en honor a Biden. Lo de concierto es un decir, porque aquí en Phoenix la cantante entonó solo «Walking in Memphis», un sentido homenaje en clave de rock melódico a Elvis , y el mayor éxito de toda su carrera, «Believe». Pero lo importante no es lo que cantó -algo que hizo, por cierto, con una voz estupenda- sino lo que dijo entre ambas canciones.

«Cuando oí lo que Trump dijo sobre McCain, quise darle una patada en la boca», dijo la diva. Se le notan las tablas y queda claro que sabe cómo ganarse al público. John McCain , el fallecido senador y candidato republicano a la presidencia, era de aquí, de Arizona, y el actual presidente le tiene, aún después de fallecido, un odio visceral. En una ocasión dijo que cómo va a ser un héroe, si se dejó capturar en Vietnam. «Prefiero a quienes no se dejan capturar», dijo Trump en 2015.

Después de despacharse contra el presidente, Cher pareció acordarse de que el concierto estaba siendo emitido por internet, y se justificó, con una sonrisa: « Me he de controlar . Mi madre me dice que tengo la boca de un marino mercante. Y tiene razón, porque la heredé de ella».

La madre de Cher tiene 94 años. La hija ya cuenta 74. No es que sean precisamente mayores, comparadas con los candidatos. El presidente y Cher nacieron el mismo año. Biden cumplirá 78 en noviembre. Estas son unas elecciones, no cabe duda, de viejas glorias.

Esta pequeña gira por el oeste americano es todo un regalo de Cher a la campaña demócrata. Uno más en una larga lista, porque la verdad es que la industria de la música y el cine se han volcado en los demócratas, con muy pocas excepciones.

Apoya a Biden todo un «quién es quién» de las listas de éxitos de ayer, hoy y siempre. Un plantel que abarca desde Barbra Streisand , de 78 años, a Billie Eilish, de 18. De entre las grandes estrellas, sólo el rapero Kanye West es, como siempre, un verso suelto, y se presenta él mismo a la presidencia.

Trump, en comparación, se ha quedado con un grupo de palmeros más bien escaso, integrado por estrellas segundonas o cuyo brillo se apagó ya hace tiempo, como los actores Kirstie Alley , John Voight o James Woods . No es que esto sea en sí perjudicial para el presidente.

Trump se presenta como un tipo normal, del pueblo, que por cosas de la vida le ha tocado ser millonario, pero que lucha con agallas contra las élites, sean estas las de la política en Washington o las de la farándula en Los Ángeles.

En el fondo, los seguidores de Trump no necesitan más estrella que él mismo, que es un maestro de la telerrealidad. La campaña de Biden sabe que éste necesita un empujoncito mayor en el apartado del carisma, de ahí estos conciertos de Cher por el oeste, aunque sean para un puñado de personas, por la pandemia. La diva, eso sí, no lució máscara, aunque atado en la cabeza lucía un fular fucsia digno de «Piratas del Caribe». Tras cantar «Believe», con sus ritmos robóticos y su melodía disco, la diva hizo mutis por las mismas puertas por las que había llegado. « Votad, y llevaos a alguien a votar con vosotros », dijo antes.