Íker Casillas y Sara Carbonero cambian de piso en Oporto

Cuando hace tan solo una semana se dejó ver la pareja en la gala de los premios Dragones de Oro, que concede el equipo líder de la Liga del país vecino, ella optó por un deslumbrante vestido dorado de la firma Temperley London. Pero un detalle no pasó en absoluto inadvertido: su moderada amplitud , nada que ver con los modelos estilizados que ha lucido en otras ocasiones. Una pieza perfecta, por tanto, para alguien que desee disimular la incipiente prominencia de su estado de buena esperanza.

Esa aparición pública se produce justo cuando acaban de dar la sorpresa mudándose de domicilio . Llevaban más de dos años en Foz do Douro, a razón de 6.000 euros de alquiler al mes. Y no, no abandonan la zona. Su nueva casa, igualmente de lujo, se ubica a menos de un kilómetro de distancia, en primera línea de playa (en un rincón más tranquilo que la cercana Matosinhos) y con vistas directas al Océano Atlántico, de acuerdo con la información avanzada por el diario ‘Correio da Manha’.

¿Por qué este traslado? ¿Buscaban disponer de más espacio? Lo cierto es que ellos ni confirman ni desmienten, pero parece claro que no se trata de una decisión aleatoria. A Íker le encanta dar largos paseos en bicicleta, y el entorno invita a eso. Además, desde Foz puede acceder en automóvil con rapidez a la ciudad deportiva del Oporto para los entrenamientos, por lo que su vida cotidiana resulta fácil.

La pareja nunca había ocultado su deseo de tener más hijos y, después de Martín (tres años) y Lucas (uno), les gustaría especialmente disfrutar de una niña. De nuevo vuelve a subrayarse la pasión de Casillas y Carbonero por la cuna del vino luso, más allá de que las circunstancias no le acompañen a él en su día a día futbolístico.

Su carrera ha dado un giro insospechado porque, solo 15 días atrás, podía presumir de ser el guardameta menos goleado de las ligas europeas, con tres tantos y paradas decisivas. Todo cambió a raíz de una discusión con su entrenador, Sérgio Conceiçao , quien desde entonces no ha dudado en quejarse de que usa demasiado el teléfono móvil en los entrenamientos y, sobre todo, lo ha relegado al banquillo.

Pero ni por esas se le amarga su estancia en Oporto, una ciudad que los ha acogido con cariño y a cuyos pies se rinden los dos en cuanto tienen ocasión. De hecho , Sara se va de compras por el centro cuando puede , muy contenta por beneficiarse de la extensa oferta de productos ecológicos. La seducen la zona comercial de la calle Cedofeita y, cómo no, el renovado Mercado do Bolhao, punto neurálgico de las materias primas locales y muy cerca de la calle Santa Catarina, equiparable a la madrileña Preciados por su alta concentración de comercios.

Mientras tanto, la ‘influencer’ de tendencias ya ha inculcado al pequeño Lucas la afición por la fiesta de Halloween, tal cual demostró exhibiendo en redes sociales una fotografía del menor en medio de un aluvión de adornos típicos de esta fecha.

Casillas y Carbonero se han hecho un círculo de amistades en Oporto, donde el ritmo diario no es tan frenético como en Madrid. Así se puso de manifiesto desde un primer momento, en vista de que el campeón del mundo y de Europa con ‘La Roja’ salió por la puerta de atrás del Bernabéu, entre lágrimas después de sus encontronazos con su entonces entrenador, José Mourinho . Tuvo que ser su ex compañero Julen Lopetegui , hoy seleccionador nacional, quien le tendiera la mano en el club luso. De esta forma, todo resultó mucho más fácil para la pareja.

Ella, siempre muy elegante y moderna, no dudó ni un instante a la hora de solicitar una excedencia en Tele 5 para arropar al guardameta en el norte de Portugal. Una excedencia que ha ido prolongando, lo que le da pie para concentrarse en su faceta como madre y en su labor al frente de la web de venta de ropa Slow Love, cuyas piezas se fabrican en la vecina localidad de Guimaraes.

Curiosamente, la misma gala de los Dragones de Oro se convirtió hace dos años en la plataforma para que luciese un precioso vestido de Gucci que resaltaba su embarazo (de Lucas, precisamente).

A pesar de los obstáculos deportivos que Íker se tope por el camino, nadie puede negar a la pareja una existencia con bastante menos presión que la que los llegó a agobiar a lo largo de sus últimos meses en el Real Madrid.