La hospitalización de Briatore por Covid pone fin a la eterna fiesta del Billionaire

Briatore se encuentra en una de las habitaciones de la sección privada del San Raffaele. Y no es casual su ingreso en este centro: aquí es jefe de terapia intensiva su amigo el profesor Alberto Zangrillo , médico personal de Silvio Berlusconi . Zangrillo ya levantó gran controversia el 31 de mayo con unas declaraciones a la RAI, en las que aseguraba que «el coronavirus ya no existe desde el punto de vista clínico. Hay que volver a la vida normal», al tiempo que el Gobierno de Conte y otros expertos hacían llamadas a la cautela.

El propio Flavio Briatore ha sido muy polémico, hasta su hospitalización, con respecto a la epidemia, encuadrándose en una línea negacionista. A finales de marzo, manifestó en televisión que en diciembre tuvo ya el coronavirus: « Estuve mal durante diez días, con fiebre muy alta, cansancio y tomaba paracetamol . El doctor Zangrillo me hizo un TAC, en la que se vio una sombra. Luego, pasado un tiempo, el doctor me llamó para decirme que se había tratado de coronavirus». Pero no parece que Briatore aprendiera la lección, porque hasta hace muy pocos días el empresario acusaba a los virólogos de «aterrorizar a Italia».

Entre la plantilla de su personal de la famosa discoteca Billionaire, que abrió en 1998 en Porto Cervo (Cerdeña), hay también 52 personas infectadas (algunos medios elevan esa cifra a 63), entre un total de 90 test realizados .

Flavio Briatore ha mantenido en las últimas semanas duras discusiones por las reglas sobre el coronavirus con Roberto Ragnedda, el alcalde de Arzachena, municipio del que depende Porto Cervo, el célebre centro turístico en la costa norte de Cerdeña. El empresario decidió cerrar el Billionaire el 17 de agosto, tras las medidas restrictivas adoptadas por el gobierno Conte y el alcalde de Arzachena para limitar las infecciones. Hasta esa fecha, su club, al que acudían la alta sociedad y personajes célebres que veranean en la Costa Esmeralda, había permanecido abierta, pero con la modalidad de «cenas espectáculo» . En aquellos momentos, Briatore afirmó que la cultura disco, en general, ha muerto: «La discoteca clásica, la de interior, es un muerto que no despertará jamás. Porque incluso la diversión tendrá que adaptarse a la nueva vida que nos espera. Las reglas que nos impuso el virus se mantendrán para siempre, como ha ocurrido con el terrorismo internacional. En todo caso, las discotecas al aire libre tendrán futuro, porque a los jóvenes les sigue gustando ese tipo de diversión».

Briatore ha atizado en las redes sociales al alcalde Ragnedda por sus medidas de contención: «¿Cómo puede relacionar virus y decibelios? ¿Qué efecto tienen los decibelios sobre el virus? Vivimos en un país de locos y, entre todos los locos, el más loco es el alcalde de Arzachena», escribió el empresario en Instagram, lamentando que gentes como ese regidor, que «nunca ha hecho nada, destrocen la economía italiana». El regidor dio la réplica a Briatore llamándole viejo: «Esta ordenanza tiene como objetivo proteger la salud de todos, especialmente de los mayores, como usted».