Hilario Camacho, en el recuerdo de amigos y aficionados

Y es que el pasado 16 de agosto (en pleno puente de la Virgen, cuando la ciudad, su ciudad, se queda a solas), con Hilario Camacho se fue también una manera de entender la canción popular, una manera trufada de sentimientos, de estilo, de cierta nostalgia, de bastante tristeza, esa mirada diferente que le permitió ser probablemente el primer cantautor eléctrico español.

Esas maneras que, por ciento, también tenían mucho que ver con su sencillez en el trato, y en la camaradería con los compañeros de gremio, no siempre habitual.

La huella de Hilario Camacho quedó en canciones como «Los cuatro luceros», «Dolores», «Taxi», «Ven aquí», «Madrid amanece», «Cuerpo de ola» y «Tristeza de amor», una canción «televisiva» que fue, sin duda, su pieza más comercial.

Hilario Camacho nunca vendió millones de discos, ni tuvo club de fans, salvo el compuesto por sus propios compañeros, como los que anoche se subieron al escenario del madrileño Teatro Lope de Vega, en un homenaje emocionado y emocionante, «Va por ti», en el que las piezas del cantor madrileño sirvieron de vehículo para la expresión de la amistad y del cariño.

De una u otra manera, por el escenario anduvieron compañeros de generación como María del Mar Bonet, Miguel Ríos, Kiko Veneno, Pablo Guerrero y Luis Pastor, pero tampoco faltaron muchos de los nombres más propios de los compadres llegados después, como Quique González; Sole, de Presuntos Implicados; Javier Álvarez, Javier Batanero... y otros muchos compañeros de trinchera vital, emocional y musical.