Las grandes fortunas sudamericanas copan el edificio más caro de la capital

Según explican vecinos de la finca a ABC, Hugo Sigman y su mujer, Silvia Gold, los amigos argentinos de Manuela Carmena, son los últimos en llegar a esta elegante comunidad decorada por el famoso interiorista Tomás Alía y con unas privilegiadas vistas al parque del Retiro , donde el metro cuadrado puede trepar hasta los 8.000 euros.

Como es habitual, el halo de misterio y discreción se cierne sobre los residentes de este imponente edificio que buscan a toda costa su privacidad. No obstante, el entrenador italiano Carlo Ancelotti y su mujer española, Mariann Barrena, no tuvieron ningún reparo en abrir las puertas de su piso en el Millenium para conceder una exclusiva a la revista «Vanity Fair». También se ha publicado en numerosas ocasiones que grandes familias colombianas y españolas, como los Villar Mir o los Gervás, poseen viviendas en el bloque, mientras que Manolo March, nieto del legendario banquero Juan March, regenta en los bajos de la finca una coqueta cafetería llamada Cappuccino.

Sin duda, un plantel de inquilinos dentro del que los amigos de la alcaldesa de Madrid, que también son íntimos del expresidente Felipe González, no desentonarían si se celebrase una junta vecinal, más cercana a un consejo del Ibex que a una reunión de vecinos. Los Sigman, empresarios farmacéuticos, editores y productores de cine, amasan una de las grandes fortunas de Argentina («Forbes» la estimó en mil millones de dólares).

El matrimonio Sigman, que siempre ha vivido a caballo entre Buenos Aires y Madrid, posee numerosos intereses empresariales en España. Aprovechando su formación científica –él es médico psiquiatra, y ella doctora en bioquímica–, la pareja fundó el grupo Chemo, una gigante del sector químico farmacéutico que ha ido extendiendo sus operaciones por todos los rincones del mundo, incluido el Parque Tecnológico de León. En octubre de 2015 inauguraban allí Mabxience, una nueva compañía perteneciente al grupo . Adquirieron la planta en 2014 por 11 millones de euros. Desde entonces, han invertido 14 millones adicionales para acondicionar las instalaciones y han generado cientos de puestos de trabajo en la ciudad.

Durante la ceremonia inaugural de Mabxience, a la que asistió el presidente de la Junta Castilla y León, Juan Vicente Herrera, Sigman recordó los lazos que les unen con la historia farmacéutica de esa comunidad. Hizo mención a León Farma, empresa también perteneciente a Chemo, que se implantó en la ciudad castellano-leonesa en 2007. «Comenzamos con una planta pequeña, con 50 trabajadores, que hoy tiene 156 profesionales y que es uno de los cuatro líderes mundiales en producción de productos hormonales », comentó.

Además de su imperio farmacéutico, son dueños de la editorial Capital Intelectual, sello que ha editado en España el libro de Manuela Carmena, «Por qué las cosas pueden ser diferentes». Quizá sean sus múltiples negocios en nuestro país los que hayan instado a la pareja a prolongar sus estancias en Madrid y establecerse en el ya emblemático Millenium.

Probablemente, Sigman y Gold desconozcan la lucha que enfrenta a la comunidad del Millenium , doce viviendas distribuidas en siete plantas, y Locales Independencia S.L, quienes gestionan los locales comerciales, contra los responsables de una sastrería, Trajes Guzmán, ubicada en uno de los bajos del edificio.

«Estamos siendo víctimas de un acoso inmobiliario sin cuartel desde hace cuatro años. Quieren echarnos y no saben cómo. En abril de 2015 nos quisieron triplicar el alquiler» . Quien habla así para ABC es uno de los hermanos que regentan el local textil. En su relato hay episodios que sonarían surrealistas hasta en una de esas comedias televisivas que tanta audiencia concitan. Les han tapiado la salida de emergencia, «han aparecido misteriosos boquetes en las paredes, el servicio de climatización no funciona, el portero nos dedica miradas poco amigables»... «Imagínate en pleno agosto en Madrid con 40 grados y los clientes probándose los trajes . Así durante los últimos cuatro veranos. Cuando salimos de la tienda el conserje nos mira mal».

Estos sastres alquilaron el local comercial en los bajos de Millenium en el año 2005. En ese momento pertenecía a Allianz. Después pasó a manos de Restaura, Ponte Gadea, para terminar siendo propiedad de Millenium Group, cuando comenzaron los problemas. «La Justicia nos ha dado la razón y hace apenas un mes recibimos un laudo en el que se especifica que durante los próximos cinco años no nos pueden subir el alquiler . No obstante, no cesan en su acoso».

Las posiciones parecen demasiado enconadas como para avistar un acuerdo de paz cercano. Está claro que los nuevos vecinos no se aburrirán en una comunidad tan peculiar como esta.