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La Fashion Week de Nueva York, una semana a todo trapo

Dicen los estudiosos de lo «cool» que Londres arrebatará a Nueva York el cetro de la moda. Se supone que en la Semana de la Moda londinense hay más innovación, más talento. Puede ser; pero en la

Dicen los estudiosos de lo «cool» que Londres arrebatará a Nueva York el cetro de la moda. Se supone que en la Semana de la Moda londinense hay más innovación, más talento. Puede ser; pero en la Fashion Week de Nueva York hay más mercado, más famosos, y se vive a todo trapo. Los desfiles y saraos empezaron el miércoles. Pero desde mucho antes el Bryant Park, la zona verde que se erige a espaldas de la hermosa biblioteca pública de la Quinta Avenida, ya estaba en estado de alerta y de excepción. El montaje anual de las carpas blancas de la moda a dos pasos de Times Square da un aire de improvisación perpetua que encanta a los neoyorquinos.

En Madrid, un evento así se celebraría en el Palacio de Congresos. Pero lo sensacional de vivir en Nueva York es precisamente que las sensaciones te salgan al paso. Que estés paseando por la calle y de repente te des de bruces con la actriz Hillary Swank, la divorciada profesional Ivana Trump o Nicole Richie, la hija de Lionel Richie, que estupendísimas ellas se dirigen a un desfile. Todo el mundo sabe que muchas «celebrities» cobran por asistir a los pases de moda, entendidos como exaltación de lo extraordinario. Electra Rossellini, hija de Isabella Rossellini y modelo ocasional, aguardaba hace dos años entre bambalinas de la Fashion Week para desfilar con ropa del barcelonés Custo Dalmau. Rossellini destacaba entre las modelos porque era la única que estaba leyendo un libro. Al hacérsele notar que se estaba haciendo notar, sonrió como Ingrid Bergman en la película «El albergue de la sexta felicidad», y dijo: «¡Qué bien, ser diferente es muy bueno!».

Una de las esencias de la moda es marcar la diferencia con la gente normal. Pero los entendidos asumen que en la Fashion Week de Nueva York esta distancia es mínima. Lo que hace este coliseo de las tendencias más apasionante que otros, es que su concepto de la moda es menos elitista y más para todos los públicos.

Bien es cierto que decir todos los públicos en América es decir el mundo es tuyo. La curiosidad americana lo devora y lo compra todo. Custo Dalmau -uno de los diseñadores más esperados en los próximos días- no da abasto a sorprender con sus estampados y texturas, que parecen del Soho. Lo mismo le pasa a la venezolana Carolina Herrera o los aires militares que este año se ha permitido el sello Proenza Schouler. Incluso la adorada Donna Karan se puede permitir aparecer personalmente vestida de cualquier manera (en casa del herrero...) sin romper el hechizo.

Este año se están viendo muchas transparencias, muchos homenajes al personaje de Schultz Charlie Brown, que varios diseñadores han sumado a sus modelos para una causa benéfica y mucho protagonismo de Ralph Lauren, que este domingo conmemoró sus cuarenta años en la moda con una recepción mayúscula. Como mayúscula fue la ausencia de Oscar de la Renta, que este año prefirió pasar de la Fashion Week y desfilar en solitario.

AP

Uno de los diseños de la colección del Ralph Lauren

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