Los famosos de segunda no dan juego a la hora de sobrevivir en la isla televisiva

De segunda o de tercera. Ya se sabe que la salud de los famosos no es algo que vaya relacionado directamente con su gloria o reconocimiento, pero lo que no imaginaba es que la salud de los aspirantes a famosos es de lo más maltrecha y no aguanta ni un telediario de «La isla de los famosos». Con tal de embolsarse unos euros y tener minutos de gloria en la pequeña pantalla a la isla se fueron una pandilla de pseudofamosos tipo ex de alguien o presentadores sin oficio ni beneficio y más de uno y más de dos ya han tenido que volver a casa porque directamente no aguantan físicamente y no resisten estar sin sus hobbies. A Pilar Soto la echaron porque daba pena verla. Acribillada por los bichos y, sobre todo, sumamente delgada (aunque eso es algo que no se consigue en una semana) verla deambular por esos parajes era un espectáculo patético. La chica acudió a la gala del domingo y lo cierto es que, tras una entrada muy eufórica, luego se vino abajo y ya no hubo quien la remontara. Cuentan los que saben, que en el viaje de ida a la isla, Soto se lo pasó a lo grande y no paró. El bajón le llegó ante la dureza de las condiciones climatológicas y alimenticias que tienen que soportar y que también ha ocasionado el ingreso en un hospital de la deportista Coral Bistuer. Verla postrada en la cama suplicando para que el médico la dejara volver al concurso fue otro espectáculo. Esperemos que tanto «show» no acabe en drama. Menos mal que siempre nos quedará Marc Ostarcevic para subir la moral. Me cuentan que es quien más simpatías ha sabido ganarse en el equipo. Seductor de mujeres de generoso perfil, el ex marido de Norma es también un buen líder de grupo. El más mayor pero el que mejor resiste. A este superviviente nato le han inmunizado las lenguas envenenadas de sus ex amores y de ahí que no haya molusco que le siente mal.