Emmanuella Dampierre, una mujer de armas tomar

Hija del noble francés Roger de Dampierre, vizconde de Dampierre, y de su primera esposa, la princesa italiana Vittoria Ruspoli, Emmanuella nació en Roma el 8 de noviembre de 1913. Tras una adolescencia y juventud de penurias , a causa del divorcio de sus padres y las dificultades económicas familiares, cuando tenía 21 años, su madre, deseando emparentarla con realeza, le comunicó que se iba a casar con el Infante Don Jaime de Borbón y Battemberg, segundogénito del Rey Alfonso XIII y sordomudo de nacimiento.

Era el 1934, un día en el que la vida de la aristocrática Emmanuella cambió para siempre. Poco después, en marzo de 1935, ambos se casan en la iglesia barroca de San Ignacio de Loyola en Roma. Sería un matrimonio pactado, sin amor, y su sueño de ser reina se desvaneció enseguida . Don Jaime de Borbón había renunciado por escrito al trono de España y los derechos sucesorios recayeron en su hermano, el Infante Don Juan, Conde de Barcelona, padre del Rey Don Juan Carlos.

Esa renuncia de su marido fue para Emmanuella Dampierre el primer infortunio en una larga serie de desdichas. En 1946 abandonó el domicilio conyugal con sus dos hijos , al iniciar una relación con un agente de bolsa millonario de Milán, Antonio Sozzani, con el que se casó por lo civil en 1949 en Viena, separándose en 1967, año que inició una relación con el abogado napolitano Federico Astarita.

En los ochenta vivió sus años más dramáticos. Emmanuella Dampierre soñó y maniobró para que su primogénito Alfonso, se hiciera con el trono de España. Consideraba que, como mayor de los Borbones, tenía mejor derecho para ser Rey . Y, por si fuera poco, además estaba casado con la nieta del Generalísimo Franco, Carmen Martínez Bordiú.

La separación de su hijo Alfonso la llenó de tristeza. A la nietísima, así era conocida Carmen, nunca le perdonó que abandonara a su hijo al enamorarse del anticuario Jean Marie Rossi, con el que se fue a vivir a París, perdiendo incluso la custodia de sus dos hijos: Francisco, nacido en 1972, y Luis Alfonso en 1974. Se la juró por el resto de sus días. Más tarde la llegaría a calificar de «ninfómana, porque le gustan mucho los hombres». Carmen Martínez Bordiú comprendió el exabrupto de su suegra: «Lo entiendo porque hice daño a su hijo y quizás si hicieran daño a mi hijo yo haría lo mismo».

Un duro golpe fue la muerte de su nieto de 12 años Francisco de Asís, en un accidente de coche en Navarra, en 1984, cuando regresaba de esquiar con su padre y hermano que también resultaron heridos de gravedad. Cinco años después moría su propio hijo Alfonso, decapitado con un cable mientras inspeccionaba las pistas de esquí en Colorado (Estados Unidos). Luego viviría la muerte por leucemia de su hijo Gonzalo, en el 2000. «Mi mayor desgracia es haber sobrevivido a la muerte de mis dos hijos y también la de mi nieto Fran» .

Su vida llena de desgracias y sinsabores se apagó el jueves en Roma. El Rey Don Juan Carlos le mandó una corona de flores . Emmanuella Dampierre no fue reina ni madre de rey, pero su nieto Luis Alfonso de Borbón, casado con la millonaria venezolana Margarita Vargas Santaella, quien ostenta el título de duque de Anjou y mantiene aspiraciones regias en Francia, le está organizando para la próxima semana en París unos funerales regios. El colofón a una vida trágica.