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AVENTURA

A pie desde Siberia hasta Australia

Caminando durante tres años, la suiza Sarah Marquis recorre el desierto del Gobi, China, Laos y Tailandia, donde tomó un barco a Brisbane. En total, ha recorrido 14.000 kilómetros

Marquis casi al final de su periplo ABC

Pablo M. Díez

Tres años, 14.000 kilómetros, ocho pares de botas, 3.000 tazas de té y el mayor esfuerzo de su vida. Eso es lo que le ha costado a la suiza Sarah Marquis cumplir su sueño: recorrer a pie seis países de dos continentes. Tras partir de Siberia , en Rusia, en estos mil días ha atravesado el desierto del Gobi en Mongolia , China, Laos y Tailandia, donde tomó un barco hasta Brisbane para continuar caminando por Australia.

«Era la respuesta a una llamada interior porque quiero entender la Naturaleza y saber de qué estoy hecha», explicaba a la CNN ayer, Día de la Mujer Trabajadora, esta aguerrida aventurera, que lleva varias peregrinaciones épicas a sus espaldas. Nacida hace 43 años en un pueblo del macizo del Jura, al norte de los Alpes, Sarah Marquis se pasó su infancia explorando los bosques de Suiza , trepando a los árboles, observando a los pájaros y, cuando tenía solo siete años, durmiendo una noche junto a su perro en una cueva tras escaparse de casa.

«Uno no se convierte en un aventurero, lo es», asegura Sarah, que ha hecho senderismo en Nueva Zelanda, escalado los Alpes, atravesado Estados Unidos y caminado 14.000 kilómetros por el interior de Australia. Su última odisea empezó en 2010, cuando se propuso regresar a un árbol que se había encontrado en el desierto australiano, pero partiendo desde Siberia.

Acompañada por su perro D'Joe, y acarreando víveres en un carrito, hasta el tercer intento no logró atravesar el desierto del Gobi , donde aguantó temperaturas de 30 grados bajo cero y cada noche se preguntaba, refugiada en su tienda de campaña, si sobreviviría al frío y al viento. Una madrugada la despertaron los lobos que aullaban cerca del lugar donde había acampado y otro día se encontró con unos naturalistas que estaban estudiando al esquivo leopardo de las nieves, al que consiguieron fotografiar con infrarrojos.

Sarah Marquis Facebook

Entre camellos, arrastrando su carro por las dunas del Gobi, llegó hasta China, donde siguió los senderos de las montañas porque no tenía un mapa topográfico del país. «Quería volver a los orígenes humanos porque así se vivía hace 60.000 años, pero me dí cuenta de la dificultad para encontrar comida», recuerda Marquis, quien se quedó en los huesos durante el trayecto.

Pero el mayor riesgo que sufrió no fue la desnutrición ni el dengue que contrajo en la jungla de Laos, sino el ataque de una banda de narcotraficantes de este país. «Estoy orgullosa de ser una mujer, pero a veces me gustaría tener los músculos de un hombre y pelo por todas partes », reflexiona con amargura porque en muchos lugares tuvo que ocultar su condición femenina por seguridad.

Otra imagen de su caminata ABC

Tras un buen número de peripecias en su recorrido por Asia, recogidas en un libro que acaba de publicar, terminó su viaje a más de 40 grados en el desierto australiano con la satisfacción de haber cumplido su sueño. «No hay muchas aventureras, pero me enorgullezco de ser libre y hacer lo que quiera para recordar a todas las mujeres del mundo que siguen luchando por ese derecho», concluye Sarah Marquis, quien nos anima «a tener la aventura que todos llevamos dentro».

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