El culebrón Agnelli
El culebrón Agnelli
Cuando el magnate italiano Gianni Agnelli decidió, contra todo pronóstico, conceder las riendas el imperio a John Elkann, no se equivocaba. Elkann es hoy el día la representación de los Agnelli, y por este motivo ayer el nieto del “abogado” –como llamaban todos a Gianni- ... expresó su pesar por la batalla legal iniciada por su propia madre para “desenmascarar” como ella misma dice, el patrimonio escondido de su padre.
La acción legal iniciada por Margherita Agnelli, hija de Gianni y madre de John, en 2007 para conocer el importe total de la herencia de su padre que según su opinión había escondido, ha llevado a escribir ríos de tinta sobre presuntos paraísos fiscales del magnate italiano. “Estoy indignado –dijo ayer John Elkann- y me doy cuenta que no soy el único, por la instrumentalización y la manipulación, por la violencia de las palabras y las falsedades sobre mi abuelo”. Del mismo modo se expresa hoy en las páginas del periódico “Il Sole 24 Ore” el ex secretario de Estado americano, Henry Kissinger. “¿Agnelli un evasor fiscal? No me lo creo, porque no es un hombre que haya vivido sólo por el dinero”, sentenció el prestigioso analista. Para Kissinger, la disputa por la herencia de Agnelli “arriesga desacreditar a una familia cuya historia centenaria está unida a la industria italiana, por eso espero que se resuelva pronto”. La historia de la herencia de Agnelli se ha convertido en una especie de culebrón que los medios italianos van presentando por capítulos. Hoy precisamente el “Corriere della Sera” publica el texto del acuerdo de 2004 entre Margherita y su madre, Marella Caracciolo, sobre la herencia. En el texto se lee que Margherita se llevaría 109 millones de euros, un convento del siglo XVII, embarcaciones y bienes inmuebles a cambio de renunciar a sus participaciones en FIAT, el gran coloso familiar.
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