Las cuatro balas en el corazón de Roger Moore

Con la mayoría de edad recién cumplida, Moore conoció a la actriz y patinadora Doorn Van Steyn , de la que se enamoró perdidamente pese a los seis años que ella le sacaba. A los siete años de matrimonio decidieron separarse tras una larga crisis que atravesaron por problemas económicos y por la aparición de una nueva mujer en su vida, Dorothy Squires -también mayor que el actor-, que no tardó en convertirse en su segunda esposa.

Squires fue un salvoconducto para el actor. Juntos se trasladaron a Estados Unidos y la carrera de Moore empezó a despegar , gracias en parte por su esposa, que le presentó a varios personas importantes del mundo del cine. Pero, los 13 años que les separaban pronto se convirtieron en un problema entre ellos y en el hazmerreír de la crónica social: «No te olvides de invitar a Roger Moore y a su madre», se comentaba por aquel entonces.

Ambos decidieron poner tierra de por medio y trasladarse de nuevo a Reino Unido, donde el intérprete comenzó el rodaje de «El rapto de las sabinas» (1961). Entre grabación y grabación se enamoró de la italiana Luisa Mattioli , con la que comenzó una relación a espaldas de su mujer. Poco duró su engaño. Al poco tiempo, Squires se enteró del tórrido romance que mantenían y le pidió el divorció, que no le concedió hasta que pasaron siete años, en 1968.

Por aquel entonces, Moore ya había tenido tres hijos con Mattioli, antes de desposarse en 1969. Su tercer matrimonio fue sin duda el más duradero de los cuatro: 25 años. En 1994, el actor pasaba por una mala racha debido al cáncer de próstata que padecía y tomó la decisión de abandonarla por su cuarta mujer: Kristina Tholstrup , con la que estuvo casado hasta que la muerte les separó el pasado martes 23 de mayo. Kiki- como la llamaban sus más allegados-, le dio la paz y la tranquilidad que, después de tres matrimonios muy intensos no exentos de polémicas y duras peleas, tanto ansiaba el actor, como él mismo declaró en varias ocasiones. «No discutimos», contaba.

Pese a sus cuatro matrimonios y a la fama de mujeriego que le precedía, como al personaje que interpretó durante tantos años, Moore encontró, al fin, a su chica Bond .