Cuando Meghan Markle sí presumía de estatus de «royal» y sus títulos

Pero, tranquilos, porque esta inquietud por recalcar su título no se ha despertado ahora, cuando ya no forma parte de la Familia Real. Archie nació el 6 de mayo de 2019 y su nacimiento se registró el 17 de mayo. El cambio de nombre se realizó el 5 de junio, entre rumores de una creciente enemistad entre Harry y su hermano Guillermo . Días después, los Sussex se alejaron de la organización benéfica conjunta con los Cambridge, los Fab Four.

Esta medida, calificada de «sin precedentes», podría interpretarse como un desaire a los Duques Cambridge, que sí incluyeron los nombres de Kate Middleton en los certificados de sus hijos. Los expertos creen que también puede interpretarse como un intento de Harry por equiparar a su esposa con su madre, Lady Di, quien siempre usó «Su Alteza Real la Princesa de Gales» en los certificados de nacimiento de sus hijos.

«Quizás esta fue una de las primeras partes de su plan», declaró el exsecretario de prensa de la Reina, Dickie Arbiter, a «The Sun». Por su parte, lady Colin Campbell, añadió: «Es extraordinario y plantea todo tipo de preguntas sobre lo que estaban pensando los Sussex». La experta en la Familia Real Ingrid Seward también se ha pronunciado al respecto: « Para un miembro de la realeza, cambiar un certificado de nacimiento no tiene precedentes , pero eliminar los nombres de pila es extraordinario. Quizás esta sea otra señal de que estaban desesperados por hacer algo diferente respecto a los Cambridge».

El cambio de nombre de Meghan no ha sido el único asunto que les ha mantenido en el ojo mediático este fin de semana. El matrimonio reside ahora en una fabulosa mansión de 14 millones de dólares en California, pero cuidado porque el 2021 está plagado de cumpleaños redondos y fechas señaladas, que obligarán al Príncipe Harry a volver a casa. Está previsto que vuele a Londres en verano para asistir al 100 cumpleaños de su abuelo Felipe de Edimburgo –el 10 de junio–, la celebración del 95 cumpleaños de la Reina Isabel II con el tradicional desfile Trooping the Colour –el 12 de junio– y la inauguración de una estatua en honor de su madre, Diana de Gales –el 1 de julio–, siempre y cuando la pandemia lo permita.

En principio, Meghan permanecerá en Estados Unidos con su hijo. Y los expertos en Casa Real ya han puesto el grito en el cielo. «Si Meghan decidiera no asistir sin ningún motivo, sería un desaire a sus suegros reales y marcaría un punto más bajo en las relaciones entre la familia real y los Sussex», ha comentado Nigel Cawthrone, autor del libro «Prince Andrew». En cambio, otras fuentes sostienen que si Meghan le acompaña eclipsará las celebraciones, puesto que sería la primera visita de los Sussex tras consumarse el «Megxit» el pasado marzo. En definitiva, haga lo que haga estará mal. Si se queda bajo el sol de California, al menos se ahorrará las caras largas de su familia política