La complicada gran familia Maradona: tres mujeres, cinco hijos y demasiados reproches

Con Claudia Villafañe, la mujer que le acompañó y le ayudó en los años más duros de la adicción de Maradona a las drogas, empezó de lujo pero terminó en los tribunales y con un clima de mezquindades y miserias por dinero o quizás, por celos. Aquel matrimonio, celebrado un 7 de noviembre de 1989, se hizo por todo lo alto. Había centenares de invitados pero entonces no existían los «celulares» y las imágenes que se filtraban eran las que ellos querían. Fidel Castro , el presidente Carlos Menem , un joven Mauricio Macri y un Alfredo di Stefano en plena forma, estaban entre los elegidos.

El convite se celebró en las instalaciones del histórico Luna Park, sede de combates de boxeo, de convocatorias históricas y de conciertos de los grandes de la música. El mismo lugar donde Liza Minelli , Frank Sinatra y hasta el Papa Juan Pablo II encontraron allí un público incondicional de fieles y fans.

El bodorrio costó dos millones de dólares de la época . En la ceremonia no podían ser testigos porque eran muy niñas pero Dalma y Gianinna ya correteaban entre los bancos de la iglesia del Santísimo Sacramento de Buenos Aires, mientras su madre recorría la alfombra roja. El vestido de novia, de Elsa Serrano , la diseñadora favorita del poder en los 90, pesaba como una roca. 1.500 piedras preciosas, 800 cristales y varios kilos de brillos de fantasía lo alfombraban. Para coronar la testa de la mujer que se sentía en ese momento como una reina, se cosió una especie de vincha (cinta o diadema ancha) que sujetaba el velo. Champaña, caviar, puros, buen vino y lo que el paladar más exquisito pidiera estaba en las mesas.

Fueron años de vino y rosas, de viajes a Europa, de triunfos… hasta que todo se fue a pique. Orgias, drogas, mujeres y la debilidad frente a las tentaciones hicieron imposible que el matrimonio sobreviviera. En el camino, se descubrían hijos extramatrimoniales como Diego Sinagra (junior), el italiano que nació en Napoles en 1986 cuando Claudia aún estaba casada con Diego Armando. Prácticamente desde que abrió los ojos, su madre, reclamó la paternidad . Por las buenas fue imposible. Una sentencia de un tribunal italiano obligaría al Pelusa a reconocerlo.

Con Jana , nacida en 1996, sucedió lo mismo pero en Buenos Aires. Maradona también se negó a hacerse la prueba de ADN. Se lo ordenaron judicialmente cinco veces, hasta que una juez se cansó y sentenció que su hijo era su hijo. El tercer vástago extramatrimonial fue Dieguito Fernando pero por entonces, el divorcio con Claudia era un hecho y un escándalo porque Maradona le reclamaba camisetas, dinero y un piso en Miami. Fue el principio de sus desavenencias con las «legítimas» y el inicio de su reencuentro con los otros.

Jana y Diego Sinagra estrecharon relaciones con su padre , salían en las revistas y proclamaban su amor filial. Entonces, la novia oficial del Diego era Rocío Oliva , una rubia mucho menor que él, a la que acusó de ladrona, denunció, se separó, se volvió a juntar, se maltrataron -y atizaron- y terminaron rompiendo, ahora sí, para siempre.

El menor de todos, Dieguito Fernando, de 6 años, es hijo de su relación con Verónica Ojeda . Su padre se hizo al principio el distraído pero finalmente le reconocería. Ellos tres son los herederos -con Dalma y Gianinna- conocidos pero, según diferentes medios, habría otros tres descendientes engendrados en Cuba durante el tiempo que el Diego estuvo desintoxicándose . Con la muerte de la leyenda y del hombre, de Diego Armando Maradona, no faltara mucho para que se sepa cuál es su legado y quién es quién. Al menos, de sangre.