Chris Pratt, el último castigado en Hollywood por su postura política

La pandemia nos tiene aburridos; sin cines, sin museos, sin restaurantes donde pasar una larga sobremesa, sin conciertos… por lo que acabamos en las redes sociales cargando contra lo que nos molesta. Esta semana, un meme ha circulado en bucle por internet convirtiendo al actor Chris Pratt en objeto de escarnio: «Chris Pratt es el peor de los cuatro Chris y debe ser apartado». Durante muchos años, blogueros e influencers adoradores de las películas de Marvel han creado un púlpito en favor de los cuatro Chris protagonistas de la franquicia: Chris Hemsworth , Pine , Evans y Pratt. Entre ellos siempre hubo debate sobre quién era mejor o peor, incluso bromeaban en entrevistas sobre la jerarquía de los Chris.

Pero esta semana, en Twitter, surgió un meme con una foto de los cuatro y un reto: «¿A cuál de ellos quitarías?». La población tuitera decidió que Pratt era el peor y debía salir del grupo. Así, bullying directo y a la yugular contra el actor protagonista de Parque Jurásico. La cosa hubiera quedado ahí, de no haber entrado los trumpistas, que se meten en todos los charcos, a acusar el meme de una conspiración contra Pratt por no ser tan progresista, ni tan liberal como los otros tres. Que Twitter proclame a Pratt como el peor Chris hubiera pasado al olvido de los hashtags sin sentido, sin embargo, y aquí entra el aburrimiento y el ego de los actores, los compañeros de Pratt han convertido el meme en un gigante con patas porque, ofendidos, se han lanzado en masa a defenderle.

El meme resucitó durante el fin de semana, cuando la cineasta Amy Berg tuiteó imágenes de los cuatro Chris usando el popular formato de meme y la frase: «Uno tiene que irse». Mucha gente en las respuestas eligió a Pratt, conocido entre los Chris por su reticencia a hablar de política (lo que lleva a muchos a creer que podría ser republicano, aunque ha donado a algunas campañas demócratas) y su membresía en una iglesia acusada de ser anti LGBTQ. Para echar más leña al fuego, unos días después, se informó que un grupo de estrellas de Marvel asistía a una recaudación de fondos para la campaña presidencial de Joe Biden , pero que Pratt no estaría allí, generando más especulaciones sobre las opiniones políticas del actor. No se sabe por qué el nombre de Pratt no estaba en la lista de estrellas que asistirán, o si incluso fue invitado, teniendo en cuenta que acaba de tener un bebé.

A esto se suma a que, a principios de este mes, Pratt escribió una publicación en Instagram instando a los fanáticos a «votar» por su nueva película Onward, una broma que fue ampliamente criticada en las redes sociales. Para contrarrestar el bullying, amigos famosos de Pratt y su esposa , Katherine Schwarzenegger (hija de Arnold , ex gobernador republicano de California), intervinieron para defender el honor del «peor» Chris. El primero en intervenir fue Mark Ruffalo , quien tuiteó el martes que Pratt es un hombre al que conoce personalmente y que «su regla es apartarse de la política». Además, le parecía que considerar a Pratt como el peor Chris era una «distracción», se entiende, contra el aburrimiento general.

El siguiente en entrar al trapo fue Robert Downey Jr. con una perorata desquiciada en Instagram que decía : «Los 'sin pecado' están arrojando piedras a mi #hermano, Chris Pratt... Un verdadero #cristiano que vive por #principios y que se casó en una familia que da cabida al discurso civil. Animo a aquellos que tienen problemas con Chris a eliminar sus cuentas de redes sociales y sentarse con sus propios defectos». La misma Katherine Schwarzenegger intervino respondiendo a la publicación «E!» en Instagram con una frase. «¿Es esto realmente lo que necesitamos? Están sucediendo muchas cosas en el mundo y la gente está luchando de muchas maneras. Ser malo es tan de ayer». James Gunn , quien dirigió a Pratt en Guardianes de la Galaxia, también se unió a las palmadas en la espalda y escribió que Pratt es «el mejor tipo del mundo». Lo dicho; el bullying es terrible, pero tomarse tan en serio los memes es producto de la postpandemia.