Celia Muñoz, la nueva gurú de la moda infantil española en Londres

La mujer de Andrea Casiraghi , con quien tiene dos hijos, Sacha e India , figuraba en su lista de clientes habituales. «Nos conocíamos desde hace tiempo. En octubre del año pasado me mandaron un correo electrónico diciéndome que les encantaba mi ropa y me propusieron hacer una colaboración. Las tres teníamos una idea muy parecida a la hora de vestir a nuestros hijos y teníamos claro que produciríamos todo en España fundiendo los dos estilos. Nos lo pasamos muy bien trabajando juntas. Son muy creativas y hemos encontrado una gran afinidad», declara Celia al otro lado del teléfono desde Londres.

Tras licenciarse en Psicología, aterrizó en la capital británica en 2001 para mejorar su inglés. Trabajó en ventas en LVMH hasta que se casó con un empresario holandés. Se instalaron en una preciosa casa georgiana en el residencial barrio de Hampstead (al norte de la capital), tuvieron a su primera hija Flavia y decidió retirarse del mundo laboral. Durante este paréntesis, aprovechó para estudiar un máster en salud mental y tener cuatro hijos más. Siempre que salía de paseo con ellos, le preguntaban por la ropa que llevaban , adquirida íntegramente en España. «Llegó un punto en el que no podía seguir más en casa y decidí montar La Coqueta. En 2013, abrí la tienda. Quería importar el savoir faire y la artesanía que hay en nuestro país. Vender un producto de gran calidad a un precio asequible . Disponía de una base demográfica bastante útil en casa. Tenía cinco niños menores de cinco años y eso para los clientes es un sello de garantía », comenta orgullosa de su familia. En su tienda, en Heath Street, a tan sólo unos minutos de su casa, recibe a todo tipo de clientes. «Londres es muy cosmopolita y trato con personas de todas las nacionalidades. Desde una jequesa que viene de Oriente Medio a una madre normal que quiere algo mono y que pueda pasar de un hijo a un otro».

Celia se muestra más reacia a la hora de conversar sobre la identidad de los que recalan en su local. Resulta inevitable preguntarle si ha recibido encargos de algún emisario de la Familia Real británica. «De eso no puedo hablar», se excusa. ¿Y algún rostro conocido? «Sí, pero no daré nombres. Tengo que preservar su privacidad y me sentiría fatal si alardeara de ello. A menos que salga en una revista no comento nada. Una mañana fui al supermercado y vi que en la portada de «¡Hello!» aparecía un reportaje de Jade Jagger con su hija Assisi y sus bebés vestidos con mi ropa ». Sin duda, el mejor escaparate para seguir conquistando a las generaciones de celebrities venideras.