Carlos y Camila, de luna de miel en Escocia
El príncipe Carlos de Inglaterra y su esposa Camilla asistieron ayer, durante su luna de miel, a un servicio religioso en una iglesia escocesa, donde fueron aplaudidos y recibieron los parabienes de la congregación.
Los recién casados habían sido recibidos con entusiasmo por un centenar ... de curiosos que esperaban ante la iglesia del pequeño pueblo de Crathie, en Aberdeenshire, donde tradicionalmente acuden los miembros de la Familia Real inglesa cuando están en Balmoral.
Fue la primera aparición de la pareja en su primer día completo de casados y, en una jornada fría, Camilla eligió un abrigo y sombrero de color fresa, con solapas a cuadros escoceses, mientras Carlos optó por el "kilt" o falda tradicional escocesa. Muy sonrientes y relajados, los recién casados saludaron a su llegada al párroco y posteriormente asistieron a un oficio en el que fueron bendecidos y donde se les deseó mucha felicidad en el futuro. "En nombre de la congregación de Braemar y Crathie os deseamos un largo futuro juntos", les dijo Ed Bushnell en representación de los asistentes, que rompieron a aplaudir tras sus palabras.
El párroco, por su parte, pidió "una bendición especial para Carlos, príncipe de Gales, y Camilla, duquesa de Cornualles, para que su vida sea llena en todo lo que hagan juntos durante los próximos años".
El heredero de la Corona, de 56 años, y su esposa, de 57, cuyos títulos oficiales en Escocia son duques de Rothesay, pasarán al menos una semana descansando en la mansión de Birkhall, ubicada dentro de las dependencias del castillo de Balmoral, residencia escocesa de la Familia Real británica desde 1852. Lo único que interrumpirá su retiro en esa mansión será la asistencia a un acto, el próximo jueves, para inaugurar el patio de un colegio cercano.
Birkhall, que perteneció a la Reina Madre, es la residencia de descanso favorita de Carlos de Inglaterra, que la heredó en 2002 cuando murió su abuela, quien nunca aprobó su relación con Camilla.
Carlos y Camilla se casaron por lo civil este sábado en el ayuntamiento de Windsor (sur de Inglaterra), después de 34 años de relación sentimental clandestina que dio al traste con el primer matrimonio del príncipe con Diana de Gales, ya fallecida. Posteriormente su unión fue bendecida en un oficio religioso por el arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, y la reina Isabel II les ofreció una recepción en su honor en el castillo de Windsor.
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