La «boda del caso Nóos» ya tiene fecha: 2 de septiembre

Las personas que creen en el poder del azar o del destino, o en determinadas casualidades, defenderán que las trayectorias vitales de Samantha y de Francesc, siendo tan opuestas, estaban predestinadas a confluir a partir de un determinado momento. Como así ha sido, finalmente. Un primer hecho curioso es que, inicialmente, quien debía presidir el tribunal del caso Nóos era el juez Juan Pedro Yllanes. Sin embargo, en noviembre de 2015 Yllanes solicitó la excedencia voluntaria como magistrado, tras aceptar formar parte de la candidatura de Podemos en Baleares para las elecciones del 20 de diciembre de aquel año.

La trayectoria profesional previa de Samantha Romero (Palma, 1972) la avalaba como una de las personas más idóneas para sustituir a Yllanes. Licenciada en Derecho por la Universidad de las Islas Baleares (UIB), con apenas 27 años aprobó las oposiciones a la judicatura y a fiscal, carrera en la que está en situación de excedencia.

Su primer destino como juez fue en 2002, en el municipio catalán de Vilanova i la Geltrú. Más tarde, en 2006, trabajó en la Audiencia Provincial de Tarragona. Con posterioridad, c oncursó a la plaza de magistrada en la Audiencia Provincial de Palma , consiguiendo el puesto en abril de 2015. Apenas un mes después, fue nombrada ponente del juicio del caso Nóos, justo medio año antes de ser designada finalmente presidenta.

Por lo que respecta a Francesc Cardona (Mahón, 1964), su currículum es también impresionante. Estudió Empresariales en la UIB, Filosofía en la Universidad de Navarra y Derecho canónico en la Gregoriana de Roma. En breve defenderá, además, su tesis doctoral en la Universidad Eclesiástica San Damaso. Como sacerdote, Francesc fue rector en varias parroquias de Menorca y llegó a ser vicario judicial de dicha Diócesis. Finalmente, fue nombrado juez del Tribunal Eclesiástico de Mallorca para cuestiones vinculadas a su isla natal.

De algún modo, podría decirse que antes de conocerse Samantha y Francesc ya compartían cierto vínculo académico y profesional, tanto por la innegable relación que existe entre el Derecho y el Derecho canónico, como por la labor jurídica que los dos habían llevado a cabo desde diferentes ámbitos.

Si, como se ha comentado ya, el año 2015 fue decisivo profesionalmente en la vida de Samantha, lo mismo puede decirse por lo que se refiere a Francesc. Fue entonces cuando solicitó la dispensa sacerdotal y cuando se trasladó a Mallorca, en donde empezó a ejercer como profesor de Religión en un centro de Palma.

Con la llegada de 2016, llegó también el inicio del juicio del caso Nóos. Fue en enero. Samantha y Francesc se conocieron dos meses después, en marzo. Una de las primeras cosas que él le comentó fue que desde la adolescencia era muy buen amigo de Diego Torres , también menorquín. Las circunstancias judiciales por las que ha pasado Torres en estos últimos años no alteraron esa vieja amistad. De hecho, durante la vista oral Torres y su esposa, Ana María Tejeiro , solían acudir al piso en el que vive Francesc.

Mientras, los sentimientos de Samantha y Francesc se iban haciendo cada vez más profundos. La reserva y discreción de la magistrada parecía complementarse perfectamente con el carácter más abierto y campechano de él . Finalmente, formalizaron su relación como pareja el verano pasado. Poco antes, había acabado el juicio del caso Nóos.

La sentencia de ese dilatado proceso judicial se hizo pública en febrero de este año, el mismo mes en que Cardona obtuvo la dispensa de la Santa Sede . Fue, quizás, el último guiño que el destino quiso deparar a esta pareja que contraerá matrimonio, por la Iglesia, el próximo mes de septiembre.