Alberto de los Belgas se someterá a la prueba de paternidad

Delphine Boël nació en 1968 y es hija de la baronesa Sybille de Selys-Longchamps . Su esposo, el industrial millonario Jacques Boël , la tuvo como su propia hija hasta que ella decidió emprender una demanda de reconocimiento de paternidad contra Alberto hace seis años. Según la ley belga, el primer paso fue anular ese lazo de paternidad y una primera prueba de ADN demostró que, en efecto, Delphine no era hija biológica de quien le había dado su apellido.

Una reciente biografía no autorizada de la esposa del monarca, la reina Paola de Lieja, sacó a la luz una vieja relación de juventud de Alberto con la baronesa de Selys-Longchamps. La pareja de Alberto y Paola vivió una vida turbulenta en sus años de juventud, cuando ambos daban por hecho que nunca serían requeridos para reinar. Las leyendas sobre sus respectivas aventuras sentimentales son bien conocidas en Bélgica e incluyen tanto a aristócratas como a personajes de la farándula. Sin embargo, años después ambos recuperaron una relación sólida y afectiva y cuando se produjo el inesperado fallecimiento sin sucesión de su hermano Balduino en 1993 y le correspondió a Alberto asumir el Trono, la pareja había recuperado su sintonía. Durante las dos décadas de su reinado y después de la abdicación Alberto y Paola siguen viviendo en plena armonía sentimental.

Alberto II abdicó en 2013 y lo anunció en un hermoso discurso en el que ponía fin a 20 años de reinado, a pesar de la opinión contraria del Gobierno belga que dudaba de la conveniencia de asumir en aquel momento la transmisión a su hijo, el Rey Felipe , en pleno periodo de turbulencias políticas. Las cámaras captaron un delicado gesto de la reina Paola arreglándole el nudo de la corbata antes de que saliese a anunciar el fin de su reinado, una imagen que quedará como un símbolo de su afecto.

Un tribunal de Bruselas ha amenazado con obligar al monarca a pagar 5.000 euros por cada día que pasara sin realizar la prueba y encargó a un hospital bruselense proceder en tres meses a realizar una evaluación genética que permitiese establecer o descartar con certeza si existe un vínculo de paternidad entre Alberto II y Delphine. La demandante reside en Londres y ejerce como pintora y escultora. Siempre ha asegurado que no reclama este reconocimiento por razones económicas sino solamente para supropia satisfacción personal.