Ainhoa Arteta se separa del jinete Jesús Garmendia

El manager de la artista guipuzcoana, Juan Carlos Sancho, no ha querido confirmar ni negar la información, pero el propio Jesús Garmendia ha ratificado a este periódico que el distanciamiento es un hecho. «Tenemos un hijo juntos y por él no voy a hacer comentarios» , se excusó en conversación telefónica con ABC. Ahora se encuentra fuera del país entrenando y no quiere hacer declaraciones. «Aún no hemos firmado el convenio regulador y no hay nada más que decir. Es un momento difícil para ambos y por respeto a ella y a mi hijo no voy a hablar», concluyó.

Arteta y Garmendia comenzaron a salir en el año 2005 y en enero de 2010 tuvieron a su primer hijo en común, Íker, que nació en la Clínica del Pilar de Barcelona. Por entonces, la pareja vivía en la Ciudad Condal con Sara, la hija que tuvo la soprano con su segundo marido, el barítono estadounidense Dwayne Croft. La boda con el jinete llegó en el verano 2013 en forma de una ceremonia casi secreta. «Prometí y os debo la noticia, ayer en Fuenterrabía nos casamos, boda íntima, los niños y nosotros. Gran día». Con este escueto mensaje a través de Twitter anunció su enlace.

Mientras Garmendia se encuentra en el extranjero entrenando con sus caballos, Arteta debe compaginar su divorcio con una intensa agenda de conciertos de verano. El pasado fin de semana cantó en el caserío de Zabalaga (País Vasco) en un homenaje a Chillida. Nada hizo pensar que estuviera separándose. De hecho, la prensa local destacó que deslumbró con un diseño de Isabel Zapardiez inspirado en el «Peine de los Vientos». En pocas semanas volverá a actuar en el Festival Tío Pep e, en Jerez de la Frontera, donde compartirá cartel con José Mercé y el tenor Ismael Jordi .

«Ainhoa se encuentra bien, está tranquila y arropada por sus dos hijos y su familia. Si en algún momento tiene algo que decir, lo hará a través de su representante o de un comunicado», señalan en su entorno. Quienes la conocen aseguran que es una romántica empedernida que sufre por amor . Cuando se divorció del neoyorquino Dwayne Croft, en 2003, la ruptura trastornó su carrera artística. Formaban la gran pareja de la lírica dentro y fuera de los escenarios. Se conocieron en 1997 en el Metropolitan de Nueva York, interpretando los dos, junto a Plácido Domingo , la ópera de Giordano «Fedora», y un año después sellaron su amor en una ceremonia en el Ayuntamiento de Nueva York oficiada por el entonces alcalde Rudolph Giuliani.

La noticia de la ruptura del dúo Croft-Arteta se dio a conocer en una conferencia de prensa en Barcelona. La artista confesó entonces que «su decaído estado de ánimo motivado por su separación matrimonial» la obligaba a alejarse por un tiempo de los escenarios y a cancelar sus compromiso profesionales hasta que su estado de salud le permitiera retomar el trabajo. Entonces curó sus heridas «enclaustrada» en su casa de San Sebastián.

Ahora parece que su separación de Garmendia no está afectando su agenda. Ayer mismo se confirmó que en agosto actuará en el Festival de Ópera de Benicàssim (Castellón) y a finales de ese mismo mes lo hará en la explanada del Museo Guggenheim de Bilbao . En octubre cerrará el festival Formentor Sunset Classics, en Mallorca. Todas las fechas siguen en pie.

Los amigos de la pareja dicen que la artista encontró la estabilidad junto al jinete , después de haber dejado atrás los duros momentos que vivió tras su divorcio de Croft. Dicen que fue el discreto jinete quien logró que la diva de la lírica olvidara la dura separación del que fue su anterior marido.

Alérgico a la prensa rosa, Garmendia nunca ha hablado de su vida privada y, pese a haber estado con una estrella, solo ha concedido entrevistas relacionadas con su carrera en la hípica. Es uno de los mejores jinetes que ha dado nuestro país y sus títulos lo respaldan: fue dos veces campeón absoluto de España de Saltos y ganador de doce grandes premios internacionales.

Fiel a su discreción, Garmendia vivirá su divorcio alejado de los focos . Por su parte, Arteta, acostumbrada a interpretar a heroínas románticas a las que sus amados acaban por romperles el corazón, tendrá que atravesar este duro trance en el sitio que mejor conoce: los escenarios.