Cena en La Moncloa para los ministros y sus cónyuges

Aperitivos variados, ensalada, cordero y tarta –a elegir– de chocolate o nata fue el menú en un ambiente festivo y distendido. «Una cena de amigos», resume un ministro. «Vamos, que no parece que estuviéramos en La Moncloa», apostilla otro. Todos, por lo visto, rieron cuando Rajoy comparó la alegría que flotaba en ese ambiente con su primera cena navideña de hace tres años, en lo que él mismo denomina «el de las sorpresas», por la época en que los miembros del Ejecutivo recién llegados no dejaban de sorprenderse por la parte que les había correspondido de los 30.000 millones de déficit de más heredado de Zapatero, traducidos en facturas sin pagar que iban descubriendo en los cajones de sus ministerios.

Sentados siguiendo el mismo protocolo que se sigue en la mesa del Consejo (Soraya Sáenz de Santamaría a la derecha del presidente, el titular de Sanidad el último en rango, las parejas de cada uno enfrente de sus maridos/esposas), todos escucharon con atención en los minutos que Rajoy dedicó a sermonearles amistosamente, antes de que se sirviera el primer plato, y después de dar la bienvenida a esa cita anual a los tres ministros que debutaban en la cena navideña, pese al interés inicial del presidente de no cambiar en cuatro años a nadie de su Gabinete: Isabel García Tejerina, Rafael Catalá y Alfonso Alonso. Su mensaje: «Hemos recorrido mucho camino para superar la situación que heredamos, pero aún nos queda mucho por hacer. Lo fundamental en los próximos meses es hacer llegar a la sociedad española nuestro agradecimiento por el esfuerzo que todos han realizado para superar la crisis y transmitir un mensaje de confianza en el futuro».

Nadie contestó a Rajoy, el único orador y, siguiendo la tradición, los ministros hicieron un regalo al presidente y otro a Viri, su mujer, aunque nadie ha querido revelar en qué consistían. También como dicta la costumbre, los ocupantes de La Moncloa no correspondieron con regalos para los ministros, pero a ninguno de estos se les escapó el detalle que su jefe tuvo con ellos. Fue cuando, al final de su discurso, expresó su confianza de que las próximas Navidades, cuando ya se hayan celebrado nuevas elecciones generales, volverán a celebrar juntos otra cena navideña en La Moncloa. «Todos», les dijo mirando alrededor de la mesa. Muy propio de Mariano Rajoy el estar convencido ya no solo de que va a ser reelegido presidente, sino que cuando eso ocurra volverá a contar con el mismo Gobierno con el que se reunió anteanoche.