¿Qué fue del cantante Francisco?

«Yo era un chaval de 22 años que estaba grabando su primer disco y no teníamos pensado intentar participar. Pero presentaron este tema y me eligieron para ir», comenta sobre el primer gran éxito transoceánico de su carrera. No fue el único. El mismo día de 1992, después de haber atravesado «una época lírica», este «crooner» del levante se hacía de nuevo con el primer puesto en el citado festival. «¿A dónde voy sin ti?» era la carta de presentación ; «Y yo no tengo estrella que seguir/no encuentro un hombro en que llorar/a dónde amor/a dónde voy sin ti», los versos para la victoria. El cantante se abría de nuevo al mercado latinoamericano, ese que piensa visitar «en los primeros meses de 2015». Países en los que opina que la música se respeta más o, al menos, no se considera como un bien tan caduco: «Allí sigo escuchando mis canciones en los taxis», aclara.

Pero no solo de las migraciones artísticas vive Francisco, al que algunos definen como «cantante oficial de Valencia». Ríe al escucharlo y recuerda que en todos los años que lleva sobre los escenarios, el ayuntamiento de la capital valenciana no le ha contratado «nunca». Y a eso se añade que con la crisis los cachés han bajado «un 30 o 40 por ciento de media»: «Antes llevaba conmigo un equipo de 17 personas, ahora llevo cuatro». Una situación que, como es lógico, le preocupa; él, que desde hace muchos años antepone su familia a su trabajo. «Me gusta disfrutar de mis amigos y de la vida sencilla, no soy materialista y me encanta ejercer de abuelo», comenta. A pesar de ello, la anorexia económica de estos tiempos hace que se arrepienta de no haber trabajado un poco más, algo de lo que se ha dado cuenta «estos dos últimos años».

Firme en la idea irrebatible de que el pasado no se puede cambiar, Francisco mira al futuro con la idea de un disco y una gira de los que no puede desvelar nada: «Que sino luego no salen», ríe. Cree «en la autoedición», también en la muerte del CD y, por tanto, en la distribución digital de los trabajos discográficos. No niega que el mañana «es incierto» pero quizá por eso merece la pena seguir adelante. Solo en el camino se tiene la oportunidad de querer volver a casa.