Las dispares vacaciones del presidente del Gobierno y el líder de los socialistas
Mientras que Sánchez luce palmito en Mojácar, Rajoy se esconderá en Ribadumia. Los políticos son fieles a sus costumbres
curri valenzuela
España estará saliendo de la crisis pero la clase política sigue veraneando de forma tan austera como desde que comenzó. Ni viajes al extranjero, ni yates lujosos, solo algún chapuzón en la playa de toda la vida mirando de reojo para que los paparazzi no ... les hagan fotos, que no está el patio para que presuman de darse buena vida. El primero en sentar ejemplo, el presidente del Gobierno , desde este sábado en Doñana para pasar unos días en el Palacio de las Marismillas, que de palacio solo tiene el nombre, con Viri, su mujer, sus dos hijos y algunos otros familiares antes de desplazarse a despachar con el Rey en Palma de Mallorca el día 8 y después al lugar con el que sueña todo el año, la casita rural que ya alquiló la temporada pasada en Ribadumia (Pontevedra).
La casa, con tres dormitorios, los justos para albergar a la familia, está rodeada de un alto muro que concede la privacidad que ellos y su servicio de seguridad necesitan, nada que ver con el apartamento de Sanxenxo propiedad del presidente en el que veraneaban cuando él ejercía de líder de la oposición. El año pasado un reportero gráfico consiguió una foto suya robada hablando por el teléfono móvil, que fue la única instantánea de Mariano Rajoy publicada en todo el mes de agosto, aparte de un posado organizado por sus servicios de prensa que consistió en fotografiarle junto a su buen amigo José Benito Suárez, marido de la ministra Ana Pastor, cuando regresaba de uno de sus caminatas de varias horas matinales por los montes cercanos , el deporte que en agosto sustituye a la cinta por la que anda mientras mira la televisión el resto del año en La Moncloa. Al contrario que sus predecesores, los Rajoy no posan para los fotógrafos ni cuando llegan a su lugar de vacaciones, como hacían los González, los Aznar y los Zapatero: no hay imágenes de toda la familia el verano pasado ni en Doñana ni en Ribadumia y no las habrá este año.
El nuevo líder de la oposición, Pedro Sánchez, intentará también pasar desapercibido todo lo que pueda en su lugar tradicional de veraneo en Mojácar , junto a su mujer y sus dos hijas. El pintoresco pueblo almeriense acoge, por tradición, a muchos socialistas destacados. Allí tienen casa Joaquín Almunia y Javier Solana, y José Luis Rodríguez Zapatero llegó a adquirir un adosado que vendió antes de estrenarlo. En la otra punta de España, Llanes (Asturias), Alfredo Pérez Rubalcaba podrá dedicarse, al fin, a pasear, leer y cenar con amigos sin prisas y sin estrés después de haber abandonado la política.
Más y menos exóticos
En el Gobierno no hay ministro que se atreva a salirse de su rutina vacacional de siempre, aunque hay costumbres mas exóticas que otras, como la del titular de Exteriores, José Manuel García Margallo, que no oculta que pasa su tiempo libre navegando en el barco que atraca junto a su casa de Xavea (Alicante). Los demás se quedan en la arena nacional, solo la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, es esperada como cada verano en Portugal, país natal de su marido, para visitar a la familia de este. Sus compañeras de Gabinete van a sus playas de costumbre: Fátima Báñez a Punta Umbría, a casa de su familia; Ana Pastor a Sanxenxo, que domina desde su ático, y Ana Mato al Puerto de Santamaría, donde posee un chalet adosado. En otras playas de Cádiz se bañan por unos días el líder de Izquierda Unida, Cayo Lara, y la de UpyD, Rosa Díez. Más lejos, en Canarias, su tierra, pasará este mes el titular de Industria, José Manuel Soria, y en Nerja el de Justicia, Alberto Ruíz Gallardón, paseará por la playa con sus dos perros antes de que a las 8 de la mañana se lo prohían las ordenanzas municipales. También hay ministros de secano: el de Interior, Jorge Fernández Díaz, descansará en el pueblo navarro donde reside su madre y el de Hacienda, Cristóbal Montoro, no dejará su casa de la sierra madrileña.
El lugar donde sin duda se pueden contar más destacados políticos populares a partir de hoy es Marbella, pero que nadie piense que se los va a encontrar subiendo a un yate en Puerto Banús o en alguna gala benéfica de cientos de euros el cubierto. En Guadalmina está la nueva casa del matrimonio Aznar-Botella, reconocible por la gran bandera de España que han plantado su jardín y cerca veranean la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal; el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, el ministro de Economía, Luis de Guindos y el vicesecretario general Javier Arenas. Los Aznar juegan al golf, Guindos al tenis y González y Arenas al pádel, pero por las noches se invitan a cenar los unos y los otros. Para hablar de política, seguramente.
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