Isabel García Tejerina, la ministra «empollona» y fan de Nadal

Junto con el trabajo, la otra pasión de Tejerina es el deporte, ya que al tenis une su afición por el esquí, que domina a la perfección, e incluso ha practicado el golf. El hecho de que esté soltera y no tenga hijos hace que dedique su tiempo libre a los deportes y a su familia: sus padres, sus cuatro hermanos (José María, Eugenio, Pablo y María) y sobre todo sus cinco sobrinos, con los que suele pasar los fines de semana en Valladolid, donde residen. «Es muy familiar», aseguran desde su entorno más cercano.

Precisamente fueron sus sobrinos, que revoloteaban junto a la nueva ministra en su toma de posesión , los que llevaron a algunos a la confusión de que eran sus hijos. Siente adoración por ellos y siempre están presentes en los viajes de la ministra, que araña cuando puede unos minutos para comprarles algún detalle, sobre todo juegos educativos. A su familia le agradeció, en su toma de posesión , el haberla educado «en el respeto a los demás» y a su madre, especialmente, su afición por el medio rural y la agricultura.

García Tejerina no es «muy trasnochadora» y traslada la disciplina que tiene en el trabajo a su vida personal. Pero si sale con amigos se divierte la que más. «Se cuida mucho en las comida, todo lo que le gusta es muy sano» y «no es especialmente bebedora», suele pedir agua con gas y de vez en cuando una copa de vino de su tierra. En el desayuno coge fuerzas con alguna pieza de fruta, yogurt y cereales.

A la nueva ministra no le disgustan los toros y en su día se proclamó seguidora de Joselito. Prefiere la moto al coche oficial y cuando en 2004 tuvo que dejar el ministerio, al perder el PP las elecciones, se subió a la Vespa para desplazarse por Madrid. Ahora, por cuestiones de seguridad, tendrá que reducir su afición motera.

No puede leer tanto como quisiera porque siempre aprovecha cualquier momento para repasar papeles de trabajo. A diferencia de su antecesor en el cargo, que era capaz de coger el sueño rápidamente en los aviones, a Isabel García Tejerina le cuesta más trabajo y en los viajes es raro verla «dar una cabezada en el avión». Siempre saca su rotulador para subrayar documentos, que suele colocar en el asiento delantero, una vez que los ha terminado de leer.

Esa sobriedad que identifica su personalidad se refleja también en su forma de vestir. Es muy clásica en su indumentaria y utiliza ropa cómoda e informal, que puede usar también en su vida normal. No se adorna con grandes collares, ni muchos abalorios, sino con discretas y pequeñas joyas.

A partir de ahora está dispuesta a seguir con su vida discreta, pero es consciente de que ese trabajo en la sombra que siempre ha realizado para Miguel Arias Cañete ha pasado al primer plano de la actualidad. Como le dijo el exministro en el acto de entrega de la cartera, ahora los «cañones» de la oposición y de los medios de comunicación apuntan hacia ella. Para hacer frente a este reto no solo ha heredado la cartera de su antecesor, sino que se ha quedado con gran parte de su equipo. García Tejerina ha empezado ya a volar sola.