Vela, fútbol y ejercicio para la familia de Mariano Rajoy

Cuando se van, Rajoy y Viri ( Elvira Rodríguez ), su mujer, se marchan a andar un par de horas por el Monte de El Pardo. Luego sigue la comida familiar junto a su padre, que a sus 92 años, con la salud delicada, convive con ellos. La tarde es para colocarse frente a la tele, sobre todo para ver fútbol, y la noche para cenar con amigos, siempre en La Moncloa. Al contrario que sus predecesores, a este presidente no se le ve nunca por Madrid: no sale para ir al cine , al teatro, a restaurantes, ni siquiera al fútbol: los abonos para ver a su querido Real Madrid en el Bernabéu los usan sus hijos.

También por el Monte de El Pardo pasea los fines de semana Alberto Ruiz Gallardón, aunque si tiene tiempo prefiere desplazarse hasta Gredos para darse largas caminatas con su perra, una beagle de nombre Olimpia, y el labrador de uno de sus hijos, que atiende por Mambo. De la tele prefiere no perderse las carreras de la Fórmula 1. un interés por los coches que el ministro de Justicia comparte con Arias Cañete, que lo practica al natural: en el garaje de su casa de Jerez donde guarda y cuida su colección de automóviles antiguos. El aún ministro de Agricultura es de los pocos miembros del Gabinete que se ausenta de Madrid en cuanto termina el viernes el Consejo de Ministros, en su caso para viajar en vuelo regular a esa ciudad andaluza en la que es fácil encontrarle jugando con sus tres nietos o rodeado de amigos en algún restaurante especializado en pescaíto.

Otro viajero es el titular de Industria, José Manuel Soria, que se marcha a ver a su familia, que sigue residiendo en Las Palmas, aunque también cumple con muchos compromisos políticos de fin de semana. También Ana Pastor suele marcharse a Pontevedra, para descansar con su marido, que trabaja allí, y Jorge Fernández va cuando puede a Barcelona para estar con su mujer y jugar con sus dos pequeños nietos.

Cristóbal Montoro confiesa que su principal afición para cuando no trabaja es la de dormir («es que termino la semana reventado», se disculpa) en su casa de la sierra madrileña. Para complacer al médico, que le ha recomendado andar para paliar los efectos de la hernia de disco que padece, se da también unas buenas caminatas. Por culpa de su lesión de espalda ha dejado de montar a caballo, una de sus grandes aficiones.

Por el mismo motivo, en su caso un pinzamiento crónico de las cervicales, José Ignacio Wert, anda y anda por Madrid, «si es posible –dice- al sol, para asimilar la vitamina D». ¿Por donde camina?. «¡Ah, eso no lo digo, que luego me siguen los de las camisetas verdes!», proclama.

La familia es la prioridad absoluta para las mujeres del Gobierno con hijos. El de Sáenz de Santamaría, a punto de cumplir los dos años y medio, ya ha aprendido a hacer esa pregunta tan fatal para las madres con trabajos absorventes cuando salen de sus casas: «¿Cuándo vas a volver?». Los dos hijos, aún menores, de Fátima Bañez, también la ocupan los fines de semana; bastante tiene ambas, por cierto muy amigas, con marcharse a algún acto de partido o encerrarse a preparar papeles para la semana entrante.

Eso sí, algunas veces los ministros se divierten juntos. El pasado fin de semana José Manuel García-Margallo, Ana Pastor, Jorge Fernández, Arias Cañete y José Manuel Soria, con sus respectivos/as compartieron sábado y domingo en un hotelito de Haro en una excursión organizada por el ministro de Asuntos Exteriores para visitar una de las más conocidas bodegas riojanas. De sus comentarios se deduce que lo pasaron bomba, aunque García-Margallo quita importancia a los rumores «sin fundamento», según sus palabras, de que se reúnen para conspirar. «Es solo un encuentro entre amigos, todos los cuales somos grandes amigos y pertenecemos a las congregaciones marianistas desde hace muchos años», puntualiza antes de añadir: «ya estamos organizando la próxima excursión».