Isabel Pantoja ya tiene a su nuevo nieto en Cantora

Aunque se había especulado con que la pareja iba a salir por una puerta trasera, con objeto de evitar las cámaras y «salvar» una posible exclusiva, lo cierto es que los jóvenes padres decidieron dar la cara, sonreír y agradecer la atención mediática. El pequeño Alberto iba protegido por un arrullo del viento que a esa hora soplaba en Málaga. Muy pendiente del bebé, tanto María Isabel como Alberto estuvieron ocultando su rostro, dado los médicos les habían advertido del daño que pueden hacer los flashes a un recién nacido.

Lógicamente, todos los periodistas querían la imagen del niño que hasta la fecha sólo se ha intuido y que, más que presumiblemente, no veremos en un tiempo, dado que no está confirmado que la pareja vaya a hacer un reportaje millonario. O como dice una persona muy directa a la cantante: «Isabel no va a posar en ninguna exclusiva». Lo hizo cuando Kiko Rivera y Jessica Bueno anunciaron su primer embarazo (luego, ese bebé se malogró) y decidió que no volvería a hacer reportajes así. Tampoco Kiko ha permitido que su niño, Francisco, aparezca retratado en la intimidad del hogar y por eso ahora nadie cree que María Isabel y Alberto quieran comercializar el nacimiento de su hijo y mucho menos ante el escaso interés que habría en las revistas si en la foto no aparece Isabel Pantoja.

Pero ayer seguramente fue uno de los días más felices en la vida de la tonadillera. Tras los nervios del parto y los enfados que han vivido durante estos meses de embarazo (hay que ponerse en la piel de una madre a quien su hija le anuncia, a los 17 años, que espera un bebé de un padre que ni estudia ni trabaja y, además, tiene otro hijo del que no se ocupa) la llegada al mundo del niño ha sido un auténtico bálsamo en la familia. La artista estuvo presente en el parto junto a Alberto Isla y su madre, a quien conoció ese mismo día, a través de un cristal que conectaba con el quirófano. Los tres se emocionaron en el momento en que el médico extrajo al pequeño y se lo mostró a su madre. Hubo lágrimas, abrazos y mucha felicidad al ver que todo estaba bien.

Sin duda el de ayer fue una jornada que Isabel no olvidará, ya que pudo tener a su lado, en su casa de «Cantora» , a sus dos nietos. El pequeño Alberto, que llegó con sus padres, y el hijo de un año de Kiko, Francisco, que esa misma mañana su padre recogió en Eibar (Guipuzcoa) para que conociera a su primo hermano. Junto a su hermano Agustín, y, sobre todo, con su madre, doña Ana, Isabel ayer tuvo a sus seres queridos más cerca que nunca.