Edgardo Osorio, el nuevo Manolo Blahnik

Pero ¿qué hay de sexy en una mujer subida a un tacón de 12 centímetros con cara de dolor? «La verdad es que si estás en una fiesta con unos tacones bonitos, pero estás molesta por ello, y te incomodan los zapatos, te pones de mal humor y te vas al cuarto de hora», reflexiona Osorio. Después de diez años trabajando para otras firmas de lujo, como Salvatore Ferragamo o Roberto Cavalli, decidió lanzar la suya propia . «Cuando creé el modelo "sexy thing" (su best seller), la idea era hacer un calzado sexy y moderno a la vez que cómodo y con la idea que una mujer pueda tenerlo puesto todo el día y bailar hasta el amanecer». El número de sus clientas, que crece de manera exponencial, debe de ser un indicador de que lo ha logrado (lo ha hecho mediante estudios exhaustivos de hormas que reparten el peso sobre todo el pie y el uso de un almohadillado que llama «memory foam», entre otras cosas).

El diseñador, afincado en Florencia, y su joven firma se han dado a conocer en gran parte por el boca a boca, de «fashionista» a «fashionista» (entre ellas: Olivia Palermo , Nati Abascal, las modelos Nieves Álvarez, Erin Wasson, Karolina Kurkova y hasta Suzy Menkes). Y la que desencadenó este frenesí es nada menos que la reconocida estilista y reina de los blogs de «street style» Giovanna Bataglia. La leyenda cuenta que la italiana llegó a Milán directa desde los desfiles de París sin casi poder andar, de lo que le dolían los pies. No pensaba ponerse un tacón más, cuando descubrió un modelo de Aquazzura. No se lo quitó en toda la semana y salió retratado en todas las fotos de «front row».

Gracias a la magia de internet, las fotos se propagaron como reguero de pólvora. «Internet ha tenido una influencia increíble en comunicar la marca de manera rápida y efectiva». Él mismo lleva la cuenta oficial de Instagram , algo que ve como una gran suerte. «Me gusta el hecho de tener acceso a mi clienta a través de esta aplicación. Puedo ver quién se pone mis zapatos, cómo los usan, dónde los usan, y así poder diseñarlos de manera inteligente. Este privilegio estaba antes reservado a los diseñadores de alta costura, que eran los únicos que tenían acceso directo a sus clientas. Creo que en los últimos años se llegó a perder la noción de la realidad y los diseñadores estaban creando sin sentido y sin cabeza».

Desgraciadamente, el mundo ha perdido un cirujano plástico, pero ha ganado un diseñador de zapatos. Y es que, en principio, Osorio iba para médico. «Yo soy colombiano y mi padre es un hombre muy clásico. Trabajar en moda no era una carrera viable para él. Pensaba que yo debía ser abogado, ingeniero o médico». Y bromea: «Hoy en día hago algo parecido a los cirujanos plásticos , embellezco a las mujeres, pero de una forma menos drástica, sin cortar».