El drama oculto de la primera hija de Jane Birkin

Sus padres se separaron al año de su nacimiento. Jane Birkin se instaló en París, donde Serge Gainsbourg le hizo célebre incluso antes de que ella comenzara su carrera como cantante intimista, presentándola con un legendario vestido de seda negra transparente en un club nocturno famoso en su tiempo, Chez Castel. Gainsbourg ejerció como su padre mientras pudo durante una década. Jacques Doillon, realizador, guionista, actor y productor, fue el segundo padre adoptivo de Kate, entre 1980 y 1992, los años que duró su aventura amorosa con Jane Birkin .

El vagabundeo sexual de sus familiares no facilitó la educación sentimental de Kate Barry, que conoció jovencísima el infierno de la droga y el alcohol . Esa caída íntima en el dédalo pantanoso de una dependencia endemoniada tuvo una virtud: Kate descubrió su verdadera vocación, la fotografía, y en París decidió hacer posibles algunos centros de lucha activa contra la droga y el alcoholismo para adolescentes.

Tras una primera juventud descarriada, Barry inició a los 28 años una brillante carrera como fotógrafa . Trabajó a salto de mata para «Vogue», «Elle», «Paris Match», «Madame Figaro» y «Sunday Times Magazine». Y comenzó a crear una obra. Su última exposición, hace semanas, presentaba una colección de retratos entre familiares, glamour y anónimos.

Kate Barry fotografió a su madre, a sus hermanas (Charlotte Gainsbourg y Lou Doillon) y a muchos desconocidos. Y ese trabajo coincidía con una angustiosa y solitaria búsqueda. Su primera pasión amorosa con el escritor Jean Rollin no tuvo futuro. Pascal de Kermadec le dio un hijo, Roman.

A su manera, continuaba sola. Hasta la noche del pasado miércoles, cuando un transeúnte la encontró muerta a la puerta de su casa. La policía cuenta la historia con cierto pudor. Murió a causa de una «defenestración» (literalmente, arrojar a alguien por una ventana). Su piso estaba ordenado y la puerta, cerrada. En la mesilla de noche había dosis considerables de ansiolíticos y tranquilizantes . Quizá se tiró por el balcón para poner fin a una vida que le parecía absurda.