Fran Rivera y Eugenia Martínez de Irujo, del amor al odio
Durante años supieron ser buenos amigos. Ahora, la ex pareja mantiene una tensa relación por la custodia de su hija, Tana
abc.es
Tras su mediático divorcio, en 2002, Francisco Rivera Ordóñez y Eugenia Martínez de Irujo supieron mantener una relación de gran amistad, incluso de complicidad. Gracias a la hija que tienen en común, Cayetana, el torero y la duquesa de Montoro l legaron a protagonizar muchos ... felices reencuentros , como el que ocurrió en el Rocío en 2010. Aquella vez, ocho años después de su separación, realizaron juntos la caminata de vuelta, una peregrinación que por primera vez hicieron juntos y que copó las portadas de la prensa rosa.
Ahora, poco queda de aquella feliz postal. La amistad entre Fran y Eugenia comenzó a tambalearse cuando el hijo de «Paquirri» inició su noviazgo con la abogada Lourdes Montes, en el verano de 2011. Un año después de comenzar la relación con Montes, Rivera interpuso una demanda en el juzgado de Familia de Madrid solicitando la custodia de su hija para que viviera con él en Sevilla. Aquella brusca medida desató la caja de los truenos en la Casa de Alba.
La duquesa de Alba, que siempre mantuvo una excelente amistad con Fran, llegó a decir que para ella el torero estaba muerto. Por su parte, Eugenia Martínez de Irujo decidió plantar cara a su exmarido por la vía legal. La duquesa no se oponía a que su hija pasara el tiempo necesario con el padre , pero no estaba de acuerdo con que Tana tuviera que cambiar de colegio, de residencia, de entorno familiar y de amigos para disfrutar de más tiempo con Fran y Lourdes.
Cruce de acusaciones
Finalmente, en septiembre de 2012 Fran y Eugenia se vieron las caras en los juzgados. Eugenia centró su defensa en la inestabilidad sentimental de su ex y acusó a Lourdes Montes de inducir y asesorar legalmente a Francisco para conseguir la custodia de la pequeña. El diestro no vaciló en relatar ante la jueza oscuros episodios ocurridos durante su relación con la hija de Cayetana de Alba . El proceso se prolongó hasta febrero de este año, cuando la jueza notificó a las partes la sentencia que confirmaba la guardia y custodia de la niña a Eugenia Martínez de Irujo. Sin embargo, y a pesar del varapalo que supuso para Francisco, la sentencia reconoció un cambio sustancial en el régimen de visitas a favor del diestro.
Al margen de que la disputa se resolvió en los tribunales, de lo que no cabe la menor duda es de que entre los Rivera Ordóñez y la Casa de Alba se ha abierto una enorme grieta imposible de cerrar. Una grieta que, posiblemente, se abra más con la boda de Fran y Lourdes.
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