iconos del verano
Brigitte Bardot, la bomba sexual que impuso el estilo «navy»
La actriz francesa destacaba por su sencillez en las playas de Saint-Tropez
maría luisa funes
Cada vez que repasamos esta lista veraniega de «heroínas del estilo del siglo XX» nos topamos con dos coincidencias: casi todas las protagonistas fueron inmortalizadas por Andy Warhol en su día y todas han sido Mata-Haris de asfalto.
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¿Cómo definir al icono de ... la belleza moderna europea, a la famosa B.B., mujer libre y atractiva, que ha sido actriz, cantante, modelo y activista? Brigitte Anne-Marie Bardot nació el 28 de septiembre de 1934 y por lo tanto está a punto de cumplir 79 años. Esta niña de familia bien que un día se convirtió en bohemia, confiesa haber sido «muy feliz, muy rica, muy bella, muy adulada, muy famosa y muy desgraciada». La descubrió Roger Vadim, con el que se casó y quien la catapultó a la fama cambiando su color de pelo de moreno a rubio platino. Después estuvo casada con Jacques Charrier, padre de su único hijo, para divorciarse y casarse con el archimillonario Günter Sachs, con el que formó una de las parejas de moda durante sus tres años de matrimonio.
Rompecorazones
Fue musa de John Lennon y Sir Paul McCartney y se le suponen affairs con compañeros de reparto como Alain Delon o Jean Paul Belmondo. Vivió con Sami Frey, Jean-Louis Trintignant, Gilbert Becaud, el músico Bob Zagury y el escultor Miroslav Brozec.
Como una gran diva, se retiró del cine y la vida pública a la tierna edad de 39 años, en plan Greta Garbo. Y celebró los cuarenta con una portada de «Playboy», «pas mal du tout». Y a los 57 años, sentó la cabeza con su actual marido, Bernard d’Ormale, político francés, hombre culto y atractivo.
Su estilo se creó poco a poco, con la influencia de los modistos de los años cincuenta y del estilo desenfadado de Capri y Saint-Tropez. Un cóctel perfecto de frescura y sensualidad. Los must del estilo de Brigitte se hicieron populares rápido y aún hoy siguen vigentes. El escote «Bardot» es el ya consagrado escote de barco, de hombro a hombro en línea recta, que tan bien le sentaba a la actriz. El pantalón capri, ceñido y con un largo entre la rodilla y el tobillo, está en plena vigencia.
Usaba los estampados casi infantiles de cuadrados vichy, los vestidos con vuelo y cintura marcada y las bailarinas para el día a día. Bardot popularizó el biquini en películas como «Manina» y en sus memorables posados en la playa, que quitaban el hipo a medio mundo y parte del otro, porque presumía del tipo que la llevó a lo más alto.
Las felpas anchas en el pelo son otro de sus signos de identidad, como también lo son las camisetas marineras a rayas blancas y azules, o los lunares en shorts, pantalones y biquinis. Las camisas ceñidas de manga corta o el ya clásico legging negro, se volvieron eternos por Brigitte. Así de natural está sentada en un banco en un pequeño pueblo de pescadores brasileño. Donde descansará siempre mirando al mar. En Buzios pasó largas temporadas la Bardot y la localidad se lo agradeció con una escultura de hierro, que mira al mar para siempre.
Tras su retiro voluntario en «La Madrague», su casa en Saint-Tropez, se ha convertido en activista a favor de los animales, acérrima crítica de la islamización de la sociedad francesa, leal apoyo a la extrema derecha y durísimo azote de los políticos no respetuosos con el mundo animal. Según sus propias palabras, es una «incomprendida de los idiotas políticamente correctos». Indomable Brigitte.
Brigitte Bardot, la bomba sexual que impuso el estilo «navy»
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