Y Beyoncé se resarció del playback en la Super Bowl

Su puesta en escena ya parecía decir: «Os váis a enterar de lo que vale un peine». Una espectacular Beyoncé con look de «dominatrix» (diseño de Rubin Singer) aparecía en el escenario del Superdome de Nueva Orleans en la esperada final de la Super Bowl , ante su propia silueta agigantada y rodeada de fuego. Era la hora de resarcirse de la polémica actuación en playback que la mujer de Jay Z protagonizó en la investidura del presidente Obama. Y vaya si lo hizo.

Ni un instante paró de bailar la cantante, que se rodeó de un centenar de bailarinas y músicas para interpretar temas como «Crazy in Love», «Baby Boy» o «Single Ladies», que interpretó, ante la sorpresa del público, con sus queridas Kelly y Michelle, excomponentes de Destiny's Child. Ni un solo fallo de escenografía, coreografía, entonación o coordinación con los efectos se le pudo reprochar a la estrella estadounidense, que pareció querer acallar así las voces críticas que surgieron a raíz de su descafeinada actuación en la inauguración presidencial .

Knowles despejaba así cualquier duda sobre su talento, del que, por otra parte, sus fans nunca habían dudado. Ni sus fans ni su pareja, el rapero Jay Z, quien la recibió con un abrazo en el backstage al término de su actuación. También hubo foto del reencuentro de las tres componentes de Destiny's Child, que celebraron su reaparición por todo lo alto entre bambalinas.

La otra reina de la noche era Alicia Keys, aunque claro, ella no tenía que demostrar nada en esta final de de la Super Bowl. La neoyorkina volvió a elegir el rojo para su actuación, aunque con menos acierto que en el baile de investidura de Obama. En esta ocasión fue ella quien interpretó al piano un himno nacional estadounidense con un cierto sabor a blues, que emocionó a los allí presentes.