Manuel Mota, Alexander McQueen y Versace: mártires de la pasarela

El 15 de julio de 1997 fue asesinado en la puerta de su mansión de Miami. Fue una conmoción. Un perturbado llamado Andrew Cunanan le tiroteó cuando regresaba a casa tras comprar el periódico. Después, Cunanan se suicidó con la misma pistola que utilizó contra el diseñador. Su hermana Donatella, quien se hizo con la dirección creativa de Versace, admitió en 2005 su adicción a la cocaína.

«Ha sido una semana terrible, pero mis amigos se han portado genial», fue el mensaje que dejó en su cuenta de Twitter antes de quitarse la vida en febrero de 2010. Este genio de la moda británica había perdido a su madre nueve días antes de su suicidio; y a Isabella Blow, su amiga más fiel, tres años atrás. Su funeral en Londres fue, más allá del luto y las lágrimas de los presentes, todo un espectáculo.

Su salida de Christian Dior ejemplificó como ninguna los estragos del burnout (estrés por trabajo). Sus insultos antisemitas mientras tomaba unas copas en una terraza de París le pusieron de patitas en la calle. A todo ello siguió un juicio muy mediático y un proceso de desintoxicación en EE.UU. Galliano no ha sido el único en sufrir adicciones. Marc Jacobs tuvo problemas con las drogas en 2007.

Icono fashion, editora, fotógrafa, musa de Philip Treacy y mentora de McQueen. Personaje tan creativo como torturado, se envenenó con pesticida en mayo de 2006. Estaba de fin de semana con unos amigos, entre los que se encontraba el propio Treacy, cuando dijo que se iba de compras. Poco después su hermana la encontró desvanecida en el cuarto de baño. Falleció en el hospital un día más tarde.