«Lo que más duele es la impotencia de saber que han entrado en tu intimidad»

Los restaurantes de Juan Mari Arzak, Pedro Subijana y Gorka Ortega son asaltados de manera similar

PABLO OJER

Pedro Subijana, cuyo restaurante Akelarre sufrió un robo la noche del 31 de julio al 1 de agosto, aún se muestra dolido por lo sucedido, a pesar de que ya han transcurrido diez días desde que un grupo de personas entró de manera violenta en ... su establecimiento. El daño material y, sobre todo, anímico ha sido importante. «Rompieron todo lo que podían romper» , afirma Subijana. Según relata el cocinero, se llevaron la caja fuerte, el dinero de las propinas de los empleados y una caja con cambio para los pequeños pagos. Los ladrones sabían lo que hacían. «Sólo buscaban dinero en metálico» , nos asegura el chef.

Al parecer, entraron por la parte trasera del restaurante, campo a través, rompieron la puerta metálica y, mediante «un puente», inutilizaron las alarmas. Al día siguiente, cuando Akelarre permanecía cerrado, la hija de Subijana descubrió el robo y procedió a avisar a la Ertzaintza .

Lo que más le duele «es la sensación de impotencia que se te queda. Ves cómo han entrado en tu restaurante, en tu intimidad y han destrozado todo». Una de las quejas del gran restaurador es que «cuando los pillen, saldrán tranquilamente impunes por la puerta. En este país se cuida más al asaltante que al asaltado».

Una sorpresa

Pero, retomando un tono más distendido, Subijana también se mostró muy sorprendido por la repercusión que ha tenido el suceso. « No es algo habitual , pero tampoco es tan extraño. Igual que entraron en mi restaurante, habrán entrado en cincuenta mil sitios más», reconoció.

También a Juan Mari Arzak le ha extrañado la atención mediática que ha suscitado un atraco similar, aunque con menos daños materiales, cometido en su restaurante. Sucedido unos días antes del de Pedro Subijana, el 26 de julio. De hecho, casi con una sonrisa nos habla de ello: «Estoy contento, porque no nos han roto nada y apenas se han llevado dinero», asegura.

El modus operandi, en este caso, fue similar al del Akelarre . Según narra el propio Arzak, los ladrones comprobaron desde una ventana donde estaba la caja de alarmas. Ya de madrugada, cortaron un cristal («ni tan siquiera lo rompieron») y entraron. Sabían que tenían once segundos para actuar antes de que saltaran las alarmas. Y en ese tiempo entraron y rompieron la caja de alarmas a mazazos. Posteriormente abrieron la caja fuerte y se llevaron todo lo que contenía .«La mayoría de los clientes suele pagar con tarjeta, por lo que apenas había dinero en la caja fuerte. En el restaurante tenemos poco dinero en metálico».

No es ésta la primera vez que asaltan Arzak. «Estamos hechos a estas cosas y estos sucesos no afectan en absoluto al funcionamiento del restaurante—asegura el cocinero—, aunque, por supuesto, no es del agrado de nadie». No obstante, se siente aliviado. «Habría sido peor si hubieran destrozado los ordenadores o los discos que tenemos» .

Los ladrones tal vez pensaron que habría más dinero por tratarse del periodo vacacional o por la proximidad de la Semana Grande donostiarra. Pero, según Arzak, «en Semana Grande, igual que la semana anterior, la siguiente y todas las semanas del año en que permanece abierto el restaurante, tiene el lleno asegurado».

En tres lugares diferentes

Los autores del atraco sabían qué terreno pisaban, tanto en Arzak como en Akelarre y Saltxipia, el restaurante de Gorka Ortega. De hecho, cada uno de ellos está ubicado en un extremo de San Sebastián, por lo que se deduce que apuntaron a lugares de precios elevados. Pero, como reitera Arzak, «poco dinero teníamos en el restaurante». Una vez pasado el susto, el ritmo diario se mantiene al máximo y con una sonrisa. Y más teniendo en cuenta que este sábado comienza la Semana Grande.

Artículo solo para suscriptores

Accede sin límites al mejor periodismo

Tres meses 1 Al mes Sin permanencia Suscribirme ahora
Opción recomendada Un año al 50% Ahorra 60€ Descuento anual Suscribirme ahora

Ver comentarios