Mudanza a la vista: 10 consejos para cambiar de casa

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Planificar y hacer limpieza

Tanto si la organizas con una empresa como si decides afrontarla en familia, debes saber que una mudanza no comienza el día que vaciamos la casa. Debes tomarte unas semanas antes para decidir, habitación por habitación, qué me llevo y de qué me desprendo. Para ello nada mejor que responderte a una serie de preguntas prácticas: ¿Voy a darle uso en mi nueva casa?, ¿realmente este objeto me representa en este momento de mi vida?, ¿va acorde con el estilo estético que tendrá mi nuevo hogar?

Aunque el desapego es de los pasos más complicados en una mudanza, piensa que cuantas menos cosas vayas a llevarte de una casa a otra, menos te costará la mudanza y más sencillo será después organizarlo. Piensa en regalar cosas que a ti ya no te sirvan para darles una segunda vida. Seguro que hay personas que aprovechan de mil amores cosas que a ti quizá ya no te cuadren. Te sorprenderás.

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Cada persona, sus cajas

Aunque a simple vista no lo parezca, es otro de los pasos claves no ya para la mudanza en sí, sino para que el orden en el nuevo destino sea todo un éxito. Utiliza cajas distintas para diferenciar a quién pertenecen, sobre todo en estancias compartidas como el salón o el dormitorio principal. Esto facilitará que en la nueva casa cada uno se ponga manos a la obra con sus propias cajas y reducirá los tiempos de desempaquetar vuestras pertenencias.

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Cajas de todos los tamaños

Las cajas de cartón se convertirán estos días de mudanza en tus mejores amigas. Pero cuidado con las que utilizas. Reutilizar y reciclar está muy bien aunque hay que ir con cuidado. Las cajas que ya se han usado pierden consistencia y se pueden romper.

Es importante también atender a los tamaños de las cajas. Cuanto más se adapten a los objetos que meteremos en ellas, más protegidos estarán. Es un error elegir solo cajas grandes pensando en hacer un menor número de ellas. Los objetos más pequeños y delicados agradecerán tener su espacio y no compartirlo con objetos voluminosos.

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Precintos y orden, puntos fundamentales

Una vez que introducimos en cajas todo lo que vamos a llevarnos llega el momento de cerrarlas. Y es aquí donde debemos prestar mucha atención. Elige un precinto fuerte y no escatimes en él. Es preferible una caja bien cerrada aunque lleve más tiras de precinto. Ten en cuenta que las cajas sufren varios movimientos desde que comienza la mudanza hasta que acaba y el hecho de que se abran en el camión o furgoneta puede resultar un verdadero problema.

Además debemos tener a mano siempre un rotulador con el que escribiremos en cada caja a qué estancia pertenece y a qué persona. Pon en las cajas tantas explicaciones como te sea útil para colocarlas en tu nueva casa. Por ejemplo, en vez de poner solo: 'Salón', sé más precisa explicando qué es lo que lleva exactamente: 'Salón. Cojines y plaids'.

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¿Dónde organizar el textil?

Para los textiles como cojines, colchas, nórdicos, cortinas… elige cajas lo bastante grandes como para que no se aplasten ni se abollen. A la hora de colocarlas, estas cajas deben colocarse encima de todo, ya que son las que menos pesan.

Respecto a elementos como cojines o fundas nórdicas es aconsejable introducirlos en las cajas por separado. Así a la hora de colocar tendrás por un lado para lavar sábanas y fundas de cojín y por otro lado los rellenos que no necesitan ser lavados.

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Lo imprescindible, mejor en maletas

Piensa que una mudanza conlleva un proceso largo de varios días hasta que todo esté en orden. Por este motivo es importante que lo más imprescindible esté bien ordenado y localizado. Prepara un juego de maletas de varios tamaños para llevarte la ropa que vayas a ponerte los próximos días, tus artículos de higiene personal, aparatos electrónicos y cargadores, llaves y documentación personal y un juego de sábanas y toallas para colocar nada más llegar a tu nueva casa. Ese kit de supervivencia te evitará tener que estar localizando cajas de entre todas para sobrevivir las primeras noches.

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Protege lo más delicado

Algo que siempre nos preocupa a la hora de afrontar una mudanza es: ¿Llegará todo sano y salvo?, ¿se romperán mis objetos delicados? Pues bien, para evitar disgustos es importante que te hagas con papel burbuja y que (aunque ralentice el tiempo de mudanza) le dediques un rato a envolver meticulosamente aquello que consideres más frágil. Desde cremas de cristal hasta botes, objetos de decoración y hasta esas manualidades de los niños que tanto te costó hacer y que guardas con tanto cariño.

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Objetos juntos y habitación por habitación

A la hora de hacer cajas resulta muy útil empaquetar juntos objetos parecidos y no mezclar en la misma caja elementos de otras habitaciones. Es preferible que haya cajas que no estén llenas del todo a que por no utilizar otra, metamos en ella cosas que no pertenecen a esa habitación. Además si los objetos tienen varias piezas que hace que ocupen mucho, embálalos por separado uniéndolos con cinta adhesiva. Por ejemplo, las lámparas. Desmóntalas y empaqueta por un lado la bombilla, por otro la pantalla y por otro el cable enrollado, todo unido con precinto.

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¿Y qué hacemos con los libros?

Los libros son un tesoro y como tal debemos protegerlos con sumo cuidado. Un libro que no se protege lo suficiente puede acabar apilado encima de otro, abierto por cualquier página y esta doblada o resquebrajada.

Ordénalos por tamaño, por género y por el tipo de tapa que tenga cada uno. Empaqueta los que sean más delicados por separado y a la hora de apilarlos mira bien que los más delicados vayan 'custodiados' entre los más fuertes.

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La vajilla, bien protegida

Si has decidido reciclar tu antigua vajilla y continuar con ella en tu nuevo hogar debes tener en cuenta de que es de los elementos más delicados en una mudanza. Protege cada elemento por separado con papel, espuma o burbujas de forma que no haya nada que choque entre sí. Puedes elegir para los cubiertos pequeñas cajitas alargadas e introducir estas dentro de la caja grande. De esta forma, cuando vayas a colocarlo no encontrarás esparcidos tenedores, cucharas y cuchillos.

Por último recuerda fregar toda la vajilla y cubertería cuando llegues a destino. A pesar de ir todo embalado e independiente, en toda mudanza se genera polvo y los elementos de cocina merecen una higiene extra.