Catalina de Cambridge reaparece sonriente y vestida de Alexander McQueen

Allí tuvo lugar una recepción formal, con presencia de la Reina y el Primer ministro. Los Duques posaron amistosamente en el hotel con la pareja invitada, a la que sacaban un par de cabezas. Todas las miradas estaban fijadas por supuesto en la Duquesa, que se mostró sonriente en su reaparición, aunque con mirada algo fatigada, pues la hiperémesis gravídica que sufre le molestará todavía unas tres semanas más, según los médicos. Esa enfermedad, que ya había padecido durante el embarazo del príncipe George hasta el punto de ser ingresada, le ocasiona mareos, deshidratación y vómitos. Catalina lucía un vestido gris de Alexander McQueen, uno de sus modistos favoritos, un genio de sino trágico que se suicidó en el 2010 en la cima del éxito y que será homenajeado el año que viene en Londres con una gran exposición en el museo Victoria&Albert, titulada «Belleza Salvaje». Middleton adornó su cabeza con un sombrerito de Jane Taylor, otra de sus marcas predilectas.

En las últimas semanas se había refugiado en la casa campestre de sus padres, una imponente mansión georgiana que les valió seis millones dólares y está a unos 80 kilómetros al Oeste de Londres, en Reading. Allí buscó el consuelo materno y un ambiente más relajado que el del palacio de Kensington. La prensa inglesa ha llegado a publicar que Carole Middleton, su progenitora, la ha sometido a una terapia de remedios naturales que circulan por internet. La Duquesa estuvo allí con su bebé George, el cuarto en la línea sucesora, de 13 meses, y con la cuidadora del niño, la palentina María Teresa Turrión. Carole llevó al Príncipe bebé de paseo por el pueblo mientras hacía algún recado, episodio que una las vendedoras contó rápido en el gran cotilla de nuestro tiempo, Twitter.

La que no tiene problemas aparentes de salud es Isabel II, que en abril cumplió 88 años. Concluidas sus vacaciones escocesas, y encima con la tranquilidad de que la Unión se salvó en el referéndum, la Reina recibió ayer al presidente de Singapur con un excelente aspecto, ataviada con abrigo y sombrero azul. Tras unos achaques hace unos meses, también se vio en su línea a su marido, el Duque de Edimburgo, que hizo gala de algún guiño de ese peculiar sentido del humor marca de la casa.

Está previsto que Catalina de Cambridge, que a finales de septiembre tuvo que renunciar al que iba a ser su primer viaje oficial sola, a Malta, acuda también este martes a la inauguración de una muestra de fotografía en el Museo de Historia Natural de Kensington, a un paso de su residencia.