Familia

¡Qué vienen los suegros!

Una pareja debe dejar desde el principio bien establecidos los límites con su familia política para evitar conflictos

¡Qué vienen los suegros!

laura peraita

Los expertos en mediación familiar lo tienen claro: la relación con la familia política es una de las causas más frecuentes de conflicto en la pareja. Cada vez hay más casos en las consultas, fundamentalmente por una mala relación entre suegra y nuera.

La familia ... política es fuente de discusiones cuando en la pareja «no se ha llegado a un acuerdo satisfactorio sobre los límites en que deben desarrollarse las relaciones con los suegros», señala Alicia López de Fez, psicóloga y directora del centro de Psicología López de Fez . Los límites deben plantearse desde el principio de la relación para dejar las cosas claras, no dar lugar a equívocos ni discusiones, que siempre corren el peligro de ir a más y a peor.

Esta psicóloga explica que a algunos hombres, no a todos, les cuesta separarse emocionalmente de su madre, sobre todo cuando ha sido sobreprotectora. «En estos casos es habitual que las suegras sean muy controladoras y empleen con gran maestría el chantaje emocional, sirviéndose de los sentimientos de culpa de su hijo para lograr sus propósitos y llevar cualquier tema a su terreno».

Estos hombres pueden pretender que su pareja se comporte con ellos también de forma muy protectora y, además, esperan que quiera a su madre de la misma forma que ellos, y eso no siempre es posible, porque una nuera no es una hija. «Entre ella y su suegra cabe el afecto, la cordialidad, el cariño, pero el amor filial no es un sentimiento obligatorio —aclara López de Fez—. Hacer vida independiente requiere madurez y autonomía, saber priorizar a la familia propia y abandonar actitudes cómodas y egoístas. No todo el mundo está preparado para ello», matiza.

Cuando hay hijos, hay más discusiones

Pero, aún hay más. Las mayores dificultades se producen, sin duda, en las parejas con hijos y, especialmente, «cuando la suegra desautoriza a la nuera en las pautas educativas, incluso delante del hijo-marido y éste no se posiciona al lado de su mujer. Es entonces cuando saltan chispas que pueden dar lugar a un gran incendio», advierte López de Fez.

El mediador familiar Ignacio Tornel matiza que cuando una persona sale de casa de los padres y crea una nueva familia, ésta debe ser prioritaria y hay que estar a su lado por encima de todo. «Debe defender la postura de su pareja en los temas que se aborden». Tampoco se debe dar lugar al chantaje emocional y a ciertos abusos. «Que él le diga a ella: "mis padres cuidan de los niños, así que deja que hagan y digan lo que quieran"», recalca el mediador familiar.

El hecho de cuidar a los nietos no da ningún derecho, por ejemplo, a que la suegra ordene a su manera la nevera en casa de la nuera, por muy buena intención que tenga, o que opine sobre todo. «Las personas tienden a excederse e, incluso, dan por hecho sentimientos y derechos que, en ocasiones, perjudican a la pareja porque generan discusión —apunta Laura Rojas-Marcos, psicóloga especializada en terapia de familia y pareja—. Que sean los padres de mi pareja no les da derecho a tratar a los yernos o nueras como a un hijo. El problema es que se pierden las distancias y surgen las luchas de poder con un efecto muy negativo para todos los implicados».

Un error muy común y que produce nefastos efectos en la pareja es hablar mal de la familia política. «Yo puedo decir, por ejemplo, que mi madre es muy pesada y se mete en todo —apunta Tornell—, pero no puedo soportar que lo diga otra persona, y mucho menos mi pareja».

Para Laura Rojas-Marcos la clave de la convivencia, cuando los suegros están en casa, está en saber negociar. «Todos necesitamos un territorio —ya sea el sofá, un lugar en la mesa...—, somos animales territoriales y las tensiones entre suegros y yernos/nueras supone una conducta "natural" por el sentimiento mutuo de posesión hacia una persona».

Evitar un triángulo

En el caso de que exista alguna discusión entre suegros y yernos, Rojas-Marcos recomienda, sin embargo, que la pareja no se meta. «Tampoco debe ignorarla, pero si toma parte la situación se complicará porque se formará un triángulo y tendrá que elegir entre dar la razón a su madre o a su mujer, con todo lo que ello supone».

En su opinión, debe ayudar a que la conversación termine cuanto antes, para no dar lugar a que se digan cosas que luego no se olvidan y, posteriormente, hablar en privado con cada una de las partes para lograr un acuerdo. Nadie asegura que sea fácil.

¡Qué vienen los suegros!

Artículo solo para suscriptores

Accede sin límites al mejor periodismo

Tres meses 1 Al mes Sin permanencia Suscribirme ahora
Opción recomendada Un año al 50% Ahorra 60€ Descuento anual Suscribirme ahora

Ver comentarios