'Curly short bob', el peinado al que Isabel II fue fiel toda la vida

También fue fiel, durante gran parte de su vida, a su color de pelo natural: el castaño. Con el paso de los años, cuando las canas ya habían hecho acto de presencia, la soberana decidió lucir un tono más claro que, poco a poco, dio paso a su pelo gris impecable.

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Araceli Nicolás

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El 'curly short bob' es un peinado clásico, y perfecto para que la Reina pudiera llevar uno de sus complementos preferidos: el sombrero, su accesorio fetiche, y que siempre combinaba con su estilismo. Se dice que Isabel de Inglaterra llegó a atesorar más de 5.000 sombreros.

Lo que más llamaba la atención del peinado de la reina es que siempre estaba perfecto. La clave estaba en el corte que solo sufrió ligeras variaciones de longitud. De hecho este verano, tras las celebraciones del Jubileo de Platino, la Reina revolucionaba las redes sociales al aparecer con un cambio de look. Isabel II lucía el pelo más corto.

Durante más de 20 años el escocés Ian Carmichel fue el encargado de mantener el corte de pelo de Isabel II. El estilista visitaba el Palacio de Buckingam o el Castillo de Windsor una vez a la semana. Aunque nunca ha revelado ningún detalle privado de la reina, el periodista Richard Eden, columnista del 'Daily Mail' aseguró durante una entrevista en televisión que el pelo de la monarca debía estar simétrico, para verse igual por ambos lados.

Otro de los detalles que se saben del pelo de la monarca más longeva de la era actual es que solo lo lavaba una vez a la semana y que usaba grandes cantidades de laca para mantener el peinado perfecto. La ayudante de la reina, Angela Kelly, cuenta en el libro 'The Other Side of the Coin: The Queen, the Dresser and the Wardrobe' ('La otra cara de la moneda: la reina, el peluquero y el armario'), su experiencia como peluquera personal y cómo la propia Isabel II le aconsejó cómo debía poner los rulos en sus primeros días a su servicio. Además, desvela que para mantener perfecto el peinado llegaba a usar «un bote entero de laca». De esta forma el peinado se mantenía una semana impecable.

En los últimos años, la soberana dejó de teñirse y lucía el pelo blanco. Seguramente recurría a un champú violeta para evitar los tonos amarillos habituales en el cabello canoso.

También ha trascendido que utilizaba los cepillos Kent Brushes, marca fundada en 1777 por William Kent, para peinar su cabello.