Teresa Sartorius, una «aristócrata campesina» en busca de la felicidad

Igual que su madre, que recibe el tratamiento de Su Alteza Serenísima, aunque prefiere que le pongan el «título» de agricultora –está muy implicada en proyectos de cultivos ecológicos y de regeneración de la dehesa extremeña–, la hija menor del marqués de Mariño se considera más campesina que aristócrata. «Después de estar tres años trabajando en Nueva York, con Aerin Lauder , la nieta de Estée Lauder , tenía ganas de volver a casa. Echaba de menos la vida en el campo, y sobre toda mi familia», declara. «Trabajar con Aerin ha sido un privilegio y una experiencia increíble, pero me di cuenta de que el mundo de la cosmética no era el mío y que lo que pedía el cuerpo era volver a tener contacto con la naturaleza».

¿Cómo nació la idea de organizar estos retiros campestres? «De forma muy natural, hablando un día con mi entrenador David Usandizaga , con el que llevo entrenando más de 8 años. Como yo soy “Health Coach” por el IIN (Institute of Integrated Nutrition) se nos ocurrió que podíamos unir fuerzas. Después hablamos con Ángeles Ibarra, una profesora de yoga estupenda que se animó a embarcarse en esta aventura, y lo demás vino rodado». Teresa es experta en nutrición, pero también en alta cocina: «Estudié en Cordon Bleu porque comer sano no tiene por qué ser aburrido –asegura–. Cada vez somos más conscientes de lo importante que es una alimentación sana y de cómo influye en todos los aspectos de nuestras vidas. Y eso hace que invirtamos más tiempo en crear platos sanos que además estén ricos.»

En sus retiros promueve evitar los alimentos ultraprocesados, las harinas refinadas y azúcar, y hace hincapié en la cocina casera, de temporada y con especias para darle sabor (sin calorías) a los platos. «Y enseño a los clientes a leer etiquetas para que sepan lo que comen ».

¿Cocina a diario o en casa del herrero...? «Me gusta preparar platos nuevos para mis hermanos y sobrinos, mis amigos…. A Isa le encanta venir a la cocina y darme conversación mientras cocino, pero ella no se lanza nunca a los fogones», declara. «A mi madre le encantan los postres y alguna vez me ayuda, pero se le da mejor dirigir y decorar la mesa con flores y velas».

¿Postres?, pregunto. «Por supuesto. Hay que comer 90/10, es decir, comer sano un 90% de tu tiempo y hacer “trampas” un 10% porque vivir en la contínua prohibición siempre tiene un efecto rebote. Los días de trampa, me encanta cocinar una buena pasta o comerme un helado de avellana, pero intento tomarlo en la versión más saludable posible».

La vida al aire libre disfrutando de la dehesa, y el ejercicio físico son otras dos bazas importantes de los retiros que promueve Sartorius. «Aunque soy más de entrenamiento funcional y montar a caballo, he descubierto el yoga y la meditación y me estoy enganchando», reconoce. «Y mi madre va a probarlo por primera vez este fin de semana, que viene a hacer el retiro con algunas amigas. Isa lo hará en diciembre, y a Ceci y Luis les encantaría también pero aún no han podido apuntarse. Mencía , mi sobrina, estuvo en octubre y le encantó», afirma.

La diferencia de edad con sus sobrinos es tan pequeña que tiene con ellos una relación de hermana, o de amiga. «No creo que me tomen muy en serio como tía», dice entre risas. Quien sí la toma muy en serio es su madre que la ha apoyado mucho desde el principio. «Además, los retiros siguen la misma línea que su proyecto de regeneración de la finca de Vadepajares de Tajo y encima he incluido su línea de cosmética “Vivencia Skincare”», explica entre risas. ¿Sus productos favoritos? « El jabón de ozono , que uso todas las noches para limpiarme la cara; y la loción de ozono con naranja, para hidratarse la piel».