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Se acerca el final de la sana costumbre de bañarnos

La falta de tiempo, el ahorro en el consumo y la falta de espacio están acabando con el placentero hábito de sumergirse en la bañera

Se acerca el final de la sana costumbre de bañarnos cordon press

teresa de la cierva

Cuenta el «Financial Times» (y antes lo hizo «Harper’s Bazaar») que el diseñador Tom Ford se da cinco baños diarios y cuando está especialmente estresado, lo hace cada una o dos horas. «Me sumerjo y pienso. Esta «manía» va a más a medida ... que cumplo años», declaraba en el documental «Visionaries: Inside The Creative Mind». Y no es el único que se entrega al proceso de creación en la bañera. Christian Dior imaginaba sus colecciones dentro del agua, Agatha Christie allí dentro ideaba sus crímenes y Virginia Wolf escribió «Una habitación propia» (1929) tras un golpe de inspiración mientras chapoteaba en su tina. Estos «bañistas» caseros, sin embargo, son una especie en extinción según los profesionales del sector consultados.

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