«Hola, soy la secretaria de Warren Buffett»

Debbie Bosanek tiene 55 años y ha trabajado durante casi 20 en Berkshire Hathaway , la compañía presidida por Buffett. Reside en Omaha, la ciudad de Nebraska donde se encuentra la sede de la empresa (de ahí que a su patrón se le conozca como el «mago» o el «oráculo» de Omaha); lleva gafas y el color de su pelo es entre rubio y rojo. Ah, y antes de la crisis cobraba 60.000 dólares al año (44.150 euros). Según Alice Schroeder, autora de una biografía de Buffett, las cualidades de Bosanek —«amable, educada, competente»— le supondrían un sueldo en Wall Street de seis cifras, tal y como refiere en el confidencial Slate.com .

Obama se había hecho eco de un artículo de opinión publicado en agosto por Buffett en «The New York Times» titulado «Basta de cuidar a los super ricos» . Pero el millonario ya había puesto como ejemplo a su secretaria cuatro años antes. Entonces él pagaba el 17,7 por 100 de sus ingresos (casi 7 millones de dólares) y ella el 30 por 100. Al parecer el desequilibrio se ha acentuado, aunque muchos discuten las cifras y aseguran que la propia hacienda estadounidense viene a negarlas.

Mientras tanto, las fotografías de Debbie Bosanek ya corren por internet. En una de ellas se le ve con una camiseta en la que figura: «Hola, soy Debbie B.; Warren no se puede poner, y no tengo comentarios que hacer» . La llevó en una rueda de prensa para bromear con los periodistas sobre su fama de cancerbera. No solo es secretaria, también actúa de portavoz, aunque de parcas afirmaciones, en ausencia del amo.

En una junta de accionistas, Buffett no sólo se refirió a ella como «inestimable asistente»; también mencionó sus preferencias culinarias. Si se llama de su parte al Gorat's, una brasería de Omaha, harán un sándwich de ternera con extra de salsa.