Los Brando, esa familia maldita

Christian tenía graves problemas psíquicos derivados de dicha separación. Incluso, su madre lo secuestró una vez y lo entregó a un grupo de hippies para que lo escondiera, hasta que Marlon logró recuperarlo. Era inestable, sin un oficio definido, y propenso a esconderse bajo el ala protector de su padre. De hecho, los demás tenían oficios definidos (Teihotu, masajista; Petra, abogada; Rebeca, escultora; Miko, guardaespaldas de varios famosos de Hollywood, como Michael Jackson, a quien salvó de morir en un incendio durante el rodaje de un anuncio, aunque luego se viera involucrado en el feo asunto de los pederastas, otro lío más).

Cuando Christian se enteró de que el novio de su hermana Cheyenne, Drag Dollet, la había golpeado, fue a su casa con un revólver (dicen que para asustarlo). Christian aseguró que forcejearon, el arma se disparó y adiós a Drag. En el juicio todo fue un festival de luces. Marlon lloró, rogó, luchó y consiguió que rebajaran la fianza de su hijo de diez a dos millones (incluso aceptó un papel patético sin siquiera mirar el guión para pagarla: diez minutos haciendo del temible Torquemada en una lamentable superproducción sobre el descubrimiento de América) y se gastó un dineral en abogados.

Sirvió de poco. A Christian le cayeron diez años (mucho más de lo que pensaba la familia). Cumplió la mitad de la condena pero acabó muriendo a los 49, unos dicen que por una neumonía y otros que por abuso de las drogas.

Pero el peor mazazo vino de parte de Cheyenne. Después de la muerte acabó en una depresión que la llevó de hospital a hospital. Se dice que Marlon Brando, desesperado, se disfrazó una vez de médico y entró en una clínica en París donde estaba internada. El actor eludió la vigilancia, entró a la habitación donde Cheyenne permanecía sedada, la vistió, cargó con ella y salió sin avisar a nadie. Durante meses fueron de hostal en hostal, escondiéndose del mundo y comiendo en los sitios más cutres esperando que nadie les reconociera.

Todo fue en vano. Cheyenne acabó ahorcándose en 1995 en la mansión de su padre con una correa de perro, algo que ya había intentado en numerosas ocasiones. Marlon Brando murió en 2004 (a los 80 años) con un tremendo sentimiento de culpabilidad. Ahora parece que la muerte de su primera mujer ha cerrado el círculo. ¿O no...?