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De Roncesvalles a Zubiri, camino a Santiago
La primera etapa de la ruta jacobea en España bien vale una excursión en sí misma
De Roncesvalles a Zubiri, camino a Santiago
«Lo que bien empieza...», dice un refrán que recuerdan muchos de los peregrinos que cansados, pero satisfechos, llegan hasta la pequeña localidad navarra de Zubiri tras haber completado no sin esfuerzo la primera etapa del Camino de Santiago en España. En este comienzo ... de curso, lleno de proyectos, qué mejor que calzarse unas buenas botas y, mochila al hombro, echar a andar por uno de los parajes más hermosos de la ruta jacobea por Navarra y dejar que el silencio aclare los pensamientos o disfrutar del camino en buena compañía.
Aún el tiempo, inestable en esta época del año, puede obsequiar al caminante con un día despejado para admirar la colegiata de Santa María de Roncesvalles, el punto de partida de la ruta . En este paso pirenaico hacia Francia, a 49 kilómetros de Pamplona, perdería Carlomagno a su querido Roldán y doce de sus pares en el siglo VIII en una de las batallas más recordadas de la Edad Media. Hoy un monumento en el alto de Ibañeta recuerda al sobrino de Carlomagno que inspiró el Cantar de Roldán , la más antigua canción de gesta que se conserva.
Al pie del puerto se encuentra el conjunto monumental de la Real Colegiata, un antiguo hospital de peregrinos que alberga la tumba del rey Sancho VII el Fuerte y parte de las cadenas que rompió en las Navas de Tolosa . Vale la pena visitar el silo de Carlomagno, ver la imagen de Santiago en la pequeña capilla también llamada de los Peregrinos y entrar en la iglesia gótica de Santa María, así como en la biblioteca, el museo... Por su fuerza histórica y simbólica, Roncesvalles está considerado el segundo punto principal del Camino de Santiago, detrás de la catedral compostelana.
Si no va a caminar hasta Galicia, pero quiere sentirse como un peregrino más por un fin de semana, pernocte en la posada de Roncesvalles, un antiguo hotel medieval recomendado por la guía Michelin, o en Casa Sabina -para dormir en el el refugio Itzandegia se necesita la credencial de peregrino- y asista a la misa de peregrinos con el alba antes de echar a andar.
La Cruz de los Peregrinos señala la salida de Roncesvalles hacia Burguete y Espinal , «el territorio más malditamente salvaje de los Pirineos», según escribió Ernest Hemingway. El camino avanza entre bosques de hayas y prados hacia el alto de Mezquíriz y continúa flanqueado por helechos y boj hacia Viscarret , fin de etapa en el siglo XII por su hospital de peregrinos. Casi dos kilómetros más adelante se llega a Linzoain y se emprende la subida al alto de Erro.
Desde allí ya solo quedan 3,5 kilómetros de bajada hasta el puente de la Rabia sobre el río Arga por el que se entra a Zubiri. Cuenta la leyenda que por la intercesión de Santa Quiteria, cuyos restos estarían enterrados bajo el pilar central, los perros que contraían la enfermedad sanaban si se les hacía dar tres vueltas.
Hay quien continúa la etapa hasta Larrasoaña, pero cada vez son más los que deciden descansar en Zubiri, a mitad de camino entre Roncesvalles y Pamplona. En el albergue municipal, el más barato, le pedirán la credencial de peregrino, pero hay otras opciones. Nada más cruzar el puente, el Zaldiko de Mª Eugenia tiene tres habitaciones con cuatro literas cada una para recuperar fuerzas e internet gratis. Enfrente se encuentra la pensión Usoa y un poco más adelante la Hostería , junto al bar Baserri que ofrece comidas. Para comer en el restaurante más reputado del pueblo hay que caminar algo más hasta el Gau Txori , que también es hostal.
Pero si se busca un lugar con encanto, ése es El Palo del Avellano , que atiende Itziar. Esta casona rehabilitada junto a la iglesia cuenta con habitaciones decoradas con muebles de herencia familiar y un acogedor salón con chimenea, biblioteca, internet y juegos para niños, además de habitaciones múltiples para compartir con otros peregrinos o reservar en grupo. Si se dejan caer por allí pasen hasta el comedor y prueben el relleno típico de la localidad y una de las mejores chistorras de Navarra, que podrán comprar en las tiendas del lugar, Arrieta o Bacaicoa , famosas por sus embutidos. Veintiún kilómetros de caminata se merecen una recompensa con la que cumplir el refrán al menos ese día y acabar bien lo que se empezó.
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