Cómo un virus marcó el cambio de una era
La explosión de lo sobrenatural
Muchas misas y velas a santos, pero también más consultas al horóscopo y a videntes. En tiempos de Covid se buscan respuestas en el mundo intangible para afrontar el futuro
Texto Elena Calvo
Ilustraciones Julián de Velasco
Cuesta escoger una única palabra para definir cómo ha sido el último año. ¿Soledad, incertidumbre, ansiedad? O fe. En el momento en el que todo paró, la mente tomó velocidad y jugó malas pasadas a una sociedad inmóvil, incrédula con lo que estaba viviendo y atemorizada por lo que podía venir. ¿Y qué queda en un momento así? Aferrarse a la vida y comprender, reforzando unas creencias que ya existían o buscando una nueva manera de llegar a ellas. Quienes creían en Dios han visto esa fe fortalecida, pero San Judas Tadeo, patrón de las causas imposibles, ha recibido muchas velas de agnósticos que nunca habían pisado una iglesia. Pero qué causa se puede considerar más imposible que sobrevivir a una pandemia que destruye las vidas por miles y no da tregua ni perdona a nadie.
Como San Judas Tadeo, San Expedito –patrón de las causas justas y urgentes– o la Virgen de la Caridad del Cobre también han ganado adeptos. Encender una vela para pedirles ayuda es cada vez más frecuente. «Hay gente que viene todas las semanas a por la vela para su santo», explica Nacho Pedrera, propietario de la tienda de productos esotéricos Templo Esotérico Nalex de Las Rozas de Madrid. Muchos de ellos se ven ante un mundo nuevo al que probablemente no habrían acudido si no hubiera llegado una pandemia mundial, pero que ahora forma ya parte de sus vidas.
Hablar y serescuchados
Algunos no se conforman con encender velas, necesitan saber qué vendrá. De ahí que el tarot y la videncia estén viviendo una nueva era. «Empezamos con una tarotista y ahora somos cinco», relata Pedrera sobre cómo ha aumentado el interés por la astrología tras la pandemia. Pero no todo vale. La atención ahora tiene que ser más personalizada que nunca. Sentirse escuchado se ha convertido en un bien de primera necesidad. Pero también lo es poder mirar a los ojos a quien habla. «La gente prefiere el tarot presencial porque necesita conocerte, el contacto, verte... Necesita hablar, porque en este momento no lo hace como antes y es un vacío que tiene», explica Aramistic, vidente, desde su tienda en Madrid.
Durante estos meses y desde que pudo reabrir tras el confinamiento ha observado cómo las preocupaciones de la sociedad han dado un cambio radical. Antes, dice, el amor se adueñaba de prácticamente todas las consultas. Ahora, aunque sigue presente, ha cambiado la forma de pensar en él. «Ha habido muchas separaciones y rupturas. Hay parejas que durante el confinamiento se han dado cuenta de que quieren estar solos. La gente tiene mucho estrés y está desorientada», afirma esta vidente.
Pero también otros temas como la salud o el trabajo se han convertido en protagonistas de las preocupaciones de los españoles. «Hay personas que han venido a preguntar –yo jamás se lo he dicho– si un ser querido va a morir o lo podrá superar. Hay mucho miedo», explica. Las inquietudes por el futuro laboral y económico también se han disparado en una crisis que debilita todas las dimensiones de la sociedad, con temor especial a no poder afrontar gastos como un alquiler o una hipoteca o poder sacar adelante a una familia.
Interés por los amuletos
Lo cierto, asegura Aramistic, es que la pandemia ha llevado a muchas personas a encontrarse con el mundo espiritual. «Nos hemos dado cuenta de que la espiritualidad es muy importante en la vida, así como el encontrarse a uno mismo», dice. Muchos han buscado una protección a través de amuletos o rituales. «Vienen personas que no habían entrado en un consultorio de tarot en su vida. También entran muchos que buscan velas, protecciones o cuarzos. Sobre todo cuarzos, porque hay mucho miedo a la negatividad y a no estar bien», relata. La misma tendencia ha notado Pedrera en su negocio. El producto más vendido son las velas, aunque las consultas de tarot han aumentado exponencialmente tras la pandemia, afirma.
La próxima semana se celebrará telemáticamente la décima edición del Congreso del Tarot Internacional de habla hispana. El año pasado contó con 300 inscritos. Esta vez, son 800. Lo explica María del Mar Tort, directora de la escuela de tarot Mariló Casals, donde también se han triplicado los alumnos en los últimos meses, en parte fruto de cómo el virus ha puesto muchas vidas patas arriba. «La pandemia ha hecho tambalearse a una sociedad entera. Nos hemos sentido muy vulnerables y muy perdidos y mucha gente ha intentado buscar respuestas o guías en el tarot y la astrología», concluye.