El visitante se topará en Málaga con miles de años de historia, una gran oferta museística y monumental, costumbres mediterráneas y una ciudad cosmopolita que une tradición y vanguardia.
Cultura, gastronomía, espacios naturales y parques, playas, Mediterráneo, olor a jazmín… Con más de 3.000 años de historia, la capital de la Costa del Sol es uno de los destinos culturales con más proyección internacional, cuna del genio Picasso, y ha sabido adaptarse al siglo XXI sin perder la esencia ni el legado que dejaron fenicios, romanos y árabes. Málaga, ciudad del paraíso, sentenció Vicente Aleixandre. Sus calles, rincones y hospitalidad se transforman en una experiencia inolvidable y quien la conoce, regresa.
La urbe es un abanico de posibilidades. Una ruta de tres días permitirá al visitante conocer su historia y vasta oferta museística y monumental, empaparse de las costumbres malagueñas y disfrutar de una ciudad cosmopolita que aúna con naturalidad tradición y vanguardia. El paseo arranca en la céntrica y comercial calle Larios, de aire centroeuropeo y máximo exponente de la remodelación urbanística decimonónica, hasta alcanzar la Plaza de la Constitución. Bulliciosa, sirve de entrada a la angosta calle Santa María que conduce hasta la Catedral y el Museo Catedralicio.
La paralización de las obras del mayor templo de la ciudad por falta de presupuesto en el siglo XVIII ha derivado en una peculiaridad que hace a la Catedral única: es conocida como ‘La manquita’ porque le falta la torre sur. En su lado norte se puede contemplar la portada isabelina de la iglesia del Sagrario antes de seguir el paseo por calle Císter, que nos llevará al Museo Revello de Toro y al Palacio de la Aduana, futura sede del Museo de Málaga. Así se llega a la calle Alcazabilla, que ofrece una de las mejores estampas visuales de la ciudad con la Alcazaba, el Teatro Romano y el Castillo de Gibralfaro como guardianes. Los tres monumentos integran el principal conjunto arqueológico de Málaga.
Hacia el norte, el visitante llega a la Plaza de la Merced y se adentra en la ruta picassiana. Aquí nació el artista y así se recuerda gracias a la labor de la Fundación Picasso, Museo Casa Natal. En la calle Granada se puede conocer la iglesia de Santiago, donde fue bautizado el pintor, y enfilar a pocos pasos la calle San Agustín, en la que se levanta el reconocido Museo Picasso Málaga.
La calle Larios tiene un aire centroeuropeo y es máximo exponente de la remodelación urbanística decimonónica
El centro es un hervidero de bares y restaurantes que permiten degustar la gastronomía local, del «pescaíto» al gazpachuelo pasando por las tapas de diseño. Tras el almuerzo, la visita conduce hasta el Castillo de Gibralfaro (en la Alameda Principal se puede coger el autobús 35), con unas hermosas vistas de la Bahía malagueña y de la plaza de toros de La Malagueta. Al bajar es parada obligada el Museo del Patrimonio Municipal de Málaga (MUPAM) y un paseo por el Puerto para perderse por el Palmeral de las Sorpresas y la zona comercial de Muelle Uno, con el mar y el ocaso de fondo. De regreso al centro a través de la Plaza de la Marina la mejor opción es empezar a disfrutar de la noche malagueña.
El objetivo del segundo día es adentrarse en la Málaga tradicional y seguir conociendo algunas de sus pinacotecas. En calle Álamos, junto a la Plaza de la Merced, se encuentra el Museo Casa de Muñecas, con auténticas joyas de los siglos XIX y XX. De camino a la iglesia de San Felipe Neri, o tras admirar este templo barroco, el visitante puede detenerse en el Museo del Arte Flamenco-Peña Juan Breva y en el Museo del Vidrio y Cristal, siendo este último el único de esta temática en Andalucía. El siguiente destino es calle Carretería, con algunos vestigios de la antigua muralla de la medina musulmana, y el Museo de la Semana Santa, una de las representaciones artístico religiosas más destacadas a nivel nacional. La Plaza de Viñeros alberga el Museo del Vino de Málaga y en dirección al río, en el Pasillo de Santa Isabel, el visitante se topa con el de Artes y Costumbres Populares.

Pasando por el mercado de Atarazanas, el camino se dirige hasta la Alameda Principal para coger un autobús (las líneas 11 y 3, por ejemplo) que conduce hasta las playas de Pedregalejo. El plato fuerte es el ‘pescaíto’ frito y los conocidos espetos de sardinas malagueños. La tarde es propicia para conocer el Museo Carmen Thyssen Málaga, la pinacoteca alojada en el antiguo Palacio de Villalón que alberga la colección de pintura andaluza del XIX más importante del país. Para el resto del día, la mejor opción es relajarse de compras por el centro y disfrutar de un tranquilo paseo por el Pasaje Chinitas, las plazas del Carbón y del Siglo, las calles Echegaray y Correo Viejo… El casco histórico de Málaga está lleno de rincones íntimos que no hay que perderse.
La tercera jornada que se propone empieza con una escapada al Jardín Botánico-Histórico La Concepción. Creado en 1855 por los marqueses de Loring, es el vergel tropical más importante de Europa con especies exóticas de varios países del mundo. Fuentes, cascadas, invernaderos y esculturas se mezclan con la naturaleza y con parte de la colección de piezas arqueológicas que el matrimonio atesoró durante años.
Y tras contemplar Málaga desde otro punto de vista, el regreso al epicentro de la ciudad conduce hasta el Centro de Arte Contemporáneo (CAC), junto al río Guadalmedina. Instalado en el antiguo mercado de mayoristas, la pinacoteca cuenta con una colección permanente con obras de artistas tan destacados como Juan Muñoz o Tony Gragg y es sede de exposiciones temporales de referencia internacional.
Tras la visita, se puede optar por un almuerzo rápido en los bares del entorno, en el Barrio del Soho malagueño, o por una paella en los restaurantes y chiringuitos del paseo marítimo de Poniente. Para llegar a esta zona se pueden coger en la Alameda Principal los autobuses 3 y 16. En el oeste de la ciudad, cerca de la playa de La Misericordia, se levanta la antigua Real Fábrica de Tabacos, un edificio imponente que alberga el Museo Automovilístico de Málaga. Los amantes del motor y las antigüedades podrán deleitarse aquí con casi un centenar de vehículos de modelos tan exclusivos como Jaguar, Aston Martin o Rolls Royce que ilustran la evolución estética del coche.
Las 72 horas de recorrido por Málaga concluyen así, rodeados de glamour. El paseo por la ciudad milenaria es intenso y está repleto de sensaciones, vivencias y curiosidades para el visitante. De olores, de sabores, de estampas, de sonidos. Y siempre habrá una Málaga por descubrir.