Diez años de la noche del terror En el Madrid Arena

Madrid Arena

Una década después de la muerte de cinco chicas durante un macroevento de música electrónica en Halloween repleto de ilegalidades, ABC reconstruye, a través de las llamadas a Emergencias y Policía, una tragedia que marcó un antes y un después en la sociedad y la política madrileñas

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13/12/2021Actualizado 14/12/2021 a las 18.55h.

Se llamaba ‘Thriller Music Park’ y prometía ser la mayor fiesta de Halloween de toda España, la madrugada del 31 de octubre al 1 de noviembre de 2012. El promotor era el controvertido Miguel Ángel Flores, responsable de la empresa Diviertt, uno de los ‘clientes’ habituales del Ayuntamiento de Madrid, en cuyos recintos había celebrado eventos de similar calibre durante años. Por aquel entonces, Ana Botella lideraba el gobierno municipal.

Aquella noche de Halloween, uno de los reclamos de la macrofiesta en el Madrid Arena, que se celebraba en este recinto de titularidad municipal y gestionado a través de la empresa pública Madridec -ahora renombrada Madrid Destino-, era el ‘Pasaje del Terror’. Y en eso acabó: un evento masivo con multitud de irregularidades por parte del empresario, pero también del ayuntamiento de la capital, que no tenía licencia -y sigue sin tenerla, según explicó entonces, al ser un edificio municipal- para celebrar este tipo de fiestas. Se convirtió en una ratonera mortal donde se congregaron alrededor de 23.000 asistentes. Más de cien personas resultaron heridas y cinco chicas, una de ellas menor de edad, fallecieron por aplastamiento.

Durante el concierto de la estrella invitada, el Dj Steve Aoki, una marea humana se agolpó en uno de los ocho vomitorios habilitados; en total, cinco de estas salidas al corredor perimetral del Madrid Arena habían sido taponadas por el promotor de la fiesta con barras de bebidas o vestuarios para gogós. Este es el relato de una noche de terror y caos, reconstruido a partir de los audios de los servicios de Emergencias y de la Policía, así como de lo probado en la sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid y ratificada por el Tribunal Supremo.

«Samur, buenas noches»

04.04.48 HORAS - 42 segundos
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Las primeras informaciones entre Cuerpos policiales y emergencias son contradictorias, tras recibir varias llamadas desde el interior del recinto. No se conoce aún ni la causa de lo que está ocurriendo dentro del Madrid Arena ni su alcance. Ni siquiera cuántas personas están entre la vida y la muerte.

Y todo, media hora después de que comenzara la tragedia. Alrededor de cien personas se encuentran en ese momento atrapadas en uno de los pocos vomitorios practicables esa noche. Las cinco víctimas mortales están debajo. El hecho de que sean mujeres jóvenes juega en su contra, por tratarse de las personas más frágiles físicamente.

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«Parece que es solo una persona en parada cardiorrespiratoria»

04.09.19 HORAS – 2 minutos y 39 segundos
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Durante la primera parte de la madrugada, se producen diversas avalanchas, tanto dentro de la pista como en los anillos que la circundan, así como el lanzamiento de una bengala en uno de los corredores. A ello hay que sumar el enorme botellón, sin control policial alguno, de miles de jóvenes en las horas previas de la actuación de Steve Aoki.

A las 3.35 horas, y así consta en la sentencia, se produce el aplastamiento. Y no es hasta media hora más tarde, a las 4.04 horas, cuando los servicios de Emergencias comienzan a comunicarse. En el interior del Madrid Arena reina el caos. La seguridad de la macrofiesta está en manos de Kontrol 34, una empresa ‘amiga’ de Flores y sin potestad para ejercer ese trabajo: sus hombres sólo están autorizados a controlar los accesos y avisan tarde a las autoridades.

Sanitarios y policías municipales hablan, en principio, de una joven en parada cardiorrespiratoria, a quien habían llevado al botiquín, a cuyo cargo está el exconcejal y creador del Samur Simón Viñals, de 77 años entonces, con su hijo Carlos, también médico, y un enfermero, también anciano. Carecen de material para actuar en una situación así. Mientras tanto, el recinto sigue llenándose.

Samur y Policía no saben aclarar si hay “una segunda mujer”, como se comprueba en el siguiente corte, obtenido de la red de comunicaciones internas de los Cuerpos.

«Hay una fallecida. No sabemos si por ingesta de alcohol, drogas u otras sustancias»

04.56.24 HORAS – 2 minutos y 22 segundos
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Cuando apenas quedan cuatro minutos para las 5 de la madrugada, y con la fiesta a tope, un inspector de la sala del 091 empieza a arrojar luz sobre el asunto. Le llegan, y así se lo traslada a su interlocutor, algunos datos sobre una avalancha en el interior del Madrid Arena. “¿Víctimas mortales no hay?”, pregunta a un sargento de la Policía Municipal, que le responde “No, hombre, no…”. Sí menciona un exceso de aforo.

Sin embargo, el inspector del Cuerpo Nacional afina más y ya le habla de cinco víctimas, en paradas cardiorrespiratorias. El sargento lo confirma y señala que deben de tratarse de intoxicaciones etílicas. Minuto y medio después, el agente municipal ya sabe que sí que hay una persona fallecida, pero, ante la insistencia de su colega del 091, niega que sea por avalanchas. Al menos, que a él se le haya informado de ello: “Me confirma mi oficial de servicio que no ha habido avalanchas, ¿eh?”. “O sea, que todo ha sido por ingesta de alcohol o drogas”, intenta concretar el inspector. “Sí, me confirman que de avalanchas nada”.

LLAMADA TESTIGO UNO

«Hay muchas niñas inconscientes. No de etílico. Hay aplastamientos»

HORA SIN DETERMINAR
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El caos informativo queda también reflejado en los avisos telefónicos de los propios testigos, que, como este joven, hablan ya de “aplastamientos en la entrada”, pidiendo auxilio.

Los testimonios en esos momentos y posteriores al suceso, horas después, corroboran la falta de colaboración de los supuestos vigilantes privados contratados por Miguel Ángel Flores. De hecho, uno de ellos llega a amenazar a un chico de 20 años que pretende ayudar a la gente atrapada con agredirle si lo intentaba.

«Se cree que ha habido consumo de algún tipo de sustancia»

04.58.50 HORAS – 33 segundos
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Son casi las 5 de la madrugada y se especula con que las cinco personas en parada hayan consumido alguna sustancia adulterada. Es decir, que se hayan intoxicado. No se menciona la avalancha que mantuvo atrapados a los jóvenes hora y media. Precisamente, hasta el momento en que se graba el siguiente audio. En él, además, aparece la figura de la oficial de Policía Municipal Cándida, quien es el enlace entre el interior de la fiesta (promotores y seguridad privada) y los agentes públicos. Según explica, se había puesto en contacto con una persona de la organización del evento y no le habla de exceso de aforo. Y solo confirman “un fallecido”.

«Las cinco parece que han ingerido lo mismo»

05.04.00 HORAS – 1 minuto y 31 segundos
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Se habla de una bengala que podría haber desatado el pánico (existió, pero mucho antes del aplastamiento), pero aun así no queda claro si existen avalanchas humanas, como pregunta un inspector de la Policía Nacional. Su interlocutor insiste, aunque con dudas, en una intoxicación de las víctimas por una misma sustancia (droga o alcohol) adulterada.

Esta conversación es muy ilustrativa de la falta de información desde dentro del recinto a los Cuerpos de Seguridad: “Esas cinco personas que han tenido la parada cardiorrespiratoria se supone que han debido tomar lo mismo y les ha hecho la misma reacción a los cinco”, dice un suboficial de la Policía Municipal. Su interlocutor le responde: “Se supone, se supone…”.

LLAMADA TESTIGO DOS

«Tendréis que sacarla como podáis porque ahí no podemos entrar»

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Mientras tanto, las llamadas desde el interior del recinto se suceden. Este testimonio deja ver el horror que se vivía dentro de la fiesta.

“Hay una chica que se ha desmayado”, dice uno de los testigos en una llamada a Emergencias. Pero este servicio le contesta que no pueden acceder al recinto. Perplejo, el joven espeta: “¿No podéis entrar en la Casa de Campo? ¡Se está muriendo!”. El telefonista debe de tener ya nociones del alcance de la tragedia, pues su respuesta es lacónica: “Sí, se está muriendo”. El chaval se muestra al borde de un ataque de nervios.

«Me imagino que son chicas, pero no te lo puedo confirmar»

05.28.25 HORAS – 33 segundos
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El suboficial Alejandro telefonea para saber el alcance de la tragedia. Entonces, es cuando le comienzan a transmitir datos reales: tres chicas muertas. Dos se encuentran en el botiquín (Rocío y Cristina) y una tercera, Belén Langdon, que es trasladada al Clínico San Carlos, en aquella época el hospital de referencia para la extracción de órganos para posibles trasplantes, lo que se conoce como código 9.

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Isabel de la Fuente
Isabel de la FuenteMadre de Cristina Arce

«Cuando me llamó la Policía me imaginé lo que había ocurrido»

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Finalmente, son cinco víctimas. Katia Esteban, de 18 años, hija de un concejal socialista de Daganzo, y sus amigas del barrio de la Alameda de Osuna, Cristina Arce (18) y Rocío Oña (18). Las tres murieron prácticamente en el acto. Belén Langdon, de 17 años, falleció una semana después. María Teresa Alonso, de 20 años, expiró en el hospital antes de cumplirse el mes.

Fotografías de las víctimas
Belén Langdon (17 años), Teresa Alonso (20), Cristina Arce (18) y Rocío Oña (18), y Katia Esteban

Cuando las dos primeras llegan al botiquín, Rocío y Cristina, amigas de toda la vida, el encargado de la falsa enfermería espeta, mientras fumaba un cigarrillo en el dintel, al jefe de guardia del Samur aquella jornada: “Llevo toda la noche atendiendo a borrachos… y fíjate ahora lo que me han traído”. Una sentencia grabada en la mente y el corazón de los familiares de las muchachas, pero también de tantos sanitarios que dieron todo lo suyo en medio de una tragedia tan imprevisible como evitable, a la vez. Un oxímoron que ha marcado a quienes lo sufrieron pero también a la historia de Madrid.

La Audiencia Provincial de Madrid sentenció a Miguel Ángel Flores a cuatro años de prisión por cinco homicidios imprudentes y 14 delitos de lesiones por imprudencia grave. El resto de condenas, a cinco procesados, osciló entre doce meses de multa y 3 años de cárcel.

Un informe de la Policía cifró en unas 23.000 las personas que se agolparon dentro del Madrid Arena, cuya capacidad máxima era de 10.620. Flores vendió 16.605 entradas e invitaciones

El tsunami político se llevó por delante la carrera de Ana Botella, que no se presentó a las elecciones municipales de 2015. En meses posteriores dimitieron el vicealcalde, el concejal de Economía, el de Seguridad y la de Policía Municipal.

El Madrid Arena sigue albergando eventos bajo el paraguas municipal.

Cartel
RedacciónCarlos Hidalgo
GuiónJavier Nadales
Realización multimediaJavier Nadales / Nerea Balinot