(AP)
María Candela
El general David Petraeus es, desde su nombramiento oficial el pasado 29 de junio de 2010, comandante en jefe de la ISAF y del ejército de Estados Unidos en Afganistán. Petraeus ocupó el cargo en sustitución del general Stanley McChrystal, que fue destituido tras unas polémicas declaraciones publicadas en la revista “Rolling Stone”. Antes de liderar la OTAN y al ejército de su país en suelo afgano este militar, hijo de un marino holandés que emigró a Estados Unidos tras la Segunda Guerra Mundial, fue comandante de las tropas extranjeras desplegada en Irak, desde enero de 2007 hasta septiembre de 2008.
El general de cuatro estrellas se hizo célebre al publicar en el año 2006 el “Manual de Contrainsurgencia del Ejército de Estados Unidos”, en el que desarrolló una nueva estrategia para las operaciones militares norteamericanas en Irak. La nueva estrategia, que pasaba por el “surge” aumento de tropas temporal que aprobó Obama, se llevó al campo de operaciones con unos resultados en un principio muy satisfactorios. La estrategia se basaba en una observación de las necesidades de Irak, en ganar los corazones y las mentes de los autóctonos, en corregir los excesos cometidos en la cárcel de Abu Graib y en entrenar a las fuerzas locales, de tal modo que el liderazgo militar de la zona fuera quedando en sus manos. Para ganarse a estas fuerzas locales frente a la influencia talibán, más allá de la filantropía y el patriotismo, la herramienta de éxito fue el dinero.
La estrategia de Petraeus, sin embargo, se ha puesto en duda durante los meses del verano de 2010, a medida que las fuerzas estadounidenses han ido replegándose del suelo iraquí, la violencia ha despegado en un terrible auge. En Afganistán la situación no es mucho más alentadora. El movimiento talibán ha tachado recientemente de “fracaso” la estrategia de Petraeus en el país. El general, de 57 años, respalda la estrategia de la Administración Obama para iniciar una retirada gradual de Afganistán a partir de julio del 2011, pero anunció el día de su presentación ante el Senado que este plazo fijado es “el comienzo de un proceso, no la fecha cuando Estados Unidos se vaya a marchar de Afganistán”. En esa misma comparecencia recordó que su objetivo principal en el país árabe es la captura de Osama Bin Laden.
Algunas publicaciones y analistas políticos han barajado la posibilidad de que Petraeus sea candidato a la presidencia de EE.UU. en 2012. Parece que el general podría ser el hombre de consenso que unificara a todos los republicanos. Quizá a falta de ganarse el corazón y la mente de los iraquíes y los afganos, consiga encandilar a los estadounidenses. No lo tendría difícil pues, para ellos, además de un estratega, es un héroe.